El automovilismo acostumbra cada vez más a que sus grandes leyendas prolonguen la carrera profesional hasta etapas muy longevas. En España tenemos los casos claros de Fernando Alonso (44), que sigue dando guerra en la Fórmula 1, y de Carlos Sainz (63), más que vigente en el Rally Dakar.
Sin embargo, a todos les acaba llegando el momento de retirarse. Así le ha sucedido a Jenson Button (45), que colgará el casco el próximo fin de semana tras una brillante trayectoria al máximo nivel, que comenzó en el año 2000 con su debut en el Gran Circo.
Nacido en Reino Unido, el mayor logro del británico llegó en el año 2009, cuando se coronó campeón del mundo de Fórmula 1 pilotando un Brawn GP. Dejó la categoría reina en 2016 con un excepcional bagaje de 311 Grandes Premios disputados, 15 victorias, ocho poles, ocho vueltas rápidas y 50 podios.
Los dos últimos años los ha pasado en el equipo Jota (primero con Porsche y luego con Cadillac) en el Campeonato Mundial de Resistencia, que será testigo de su aparición final como piloto profesional el próximo fin de semana en las 8 horas de Baréin.
Recuperar el tiempo perdido
"Esta será mi última carrera. Siempre me ha gustado Bahréin; creo que es un circuito divertido y voy a disfrutarlo al máximo porque este será el final de mi carrera profesional como piloto", destacó en una entrevista con BBC Radio Somerset.
"He disfrutado mucho de mi tiempo con Jota en el WEC, pero mi vida se ha vuelto demasiado ajetreada y no es justo ni para el equipo ni para mí mismo llegar a 2026 pensando que voy a tener tiempo suficiente para ello. Mis hijos tienen cuatro y seis años, y cuando estás fuera una semana te pierdes tantas cosas... este tiempo no vuelve. Siento que me he perdido mucho en los últimos dos años, lo cual no me importó porque sabía que eso pasaría, pero no estoy dispuesto a hacerlo de nuevo otra temporada", agregó.