Horner dirigió Red Bull desde 2005, dos años antes de que Hamilton, siete veces campeón del mundo de F1, debutara con McLaren, hasta este mes.
Durante ese tiempo, Red Bull se convirtió en un ganador en serie de títulos, con Hamilton entre los principales aspirantes que luchaban por vencerles.
El propio Hamilton declaró a la prensa antes del Gran Premio de Bélgica de este fin de semana -su carrera número 369 y la primera sin la presencia de Horner- que, aunque la marcha del británico no cambiaría nada en su vida, había sido increíble ser testigo del progreso de Red Bull.
Recordó que se sentó en la oficina de Horner cuando aún competía en la Fórmula 3 y estudiaba sus opciones de futuro en la F2 y más allá.
"No diría que conectamos desde el principio", dijo el piloto de 40 años.
"Ver su progresión y su carrera, creo que fue claramente notable lo que hizo con el equipo. Con un grupo enorme de gente increíble. Dirigir una organización tan grande y tan bien requiere talento y habilidad.
"Eso es lo que él aportó al equipo. Le deseo todo lo mejor".