"Las cuentas finales de cualquier prueba de deporte motorizado son siempre políticas, en el sentido de que el escrutinio público o académico es muy raro. En general, la mayoría de los promotores mencionan ingresos, que compensan más o menos los costes facturados", dijo el especialista en economía de los deportes motorizados, en una entrevista a la agencia Lusa.
En la Festa do Pontal, en Quarteira, el primer ministro Luís Montenegro dijo tener "todo listo para formalizar" el regreso del Gran Premio (GP) de Portugal al Autódromo Internacional do Algarve (AIA), en Portimão, que ya acogió el evento en 2020 y 2021.
La cancelación de varias carreras en el extranjero debido a la pandemia de covid-19 abrió camino en ese momento a la presencia nacional en la clase más importante del automovilismo 24 años después, tras las ediciones en Boavista (1958 y 1960), Monsanto (1959) y Estoril (entre 1984 y 1996).
"Si me pregunta como ciudadano, yo digo que compensa, aunque honestamente no valga la pena prometer aumentos de ingresos a los habitantes de Portimão o que la prueba se traducirá en una lluvia de dinero sobre el país. Diría que, al final, todos ganarán algo y algunos ganarán mucho. Esta ganancia va desde unidades de euros hasta satisfacción individual, orgullo colectivo y sentimiento de prestigio internacional", observó Paulo Reis Mourão, autor de un libro sobre la faceta económica de la Fórmula 1.
Con el objetivo de promocionar el Algarve -donde el GP de Portugal está fijado en el calendario de MotoGP, la prueba reina del motociclismo de velocidad, desde 2020, y tiene presencia garantizada hasta 2026-, Luís Montenegro consideró que la F1 implica "cierto esfuerzo financiero por parte del Gobierno, pero tiene un retorno directo e indirecto que vale la pena".
"El impacto debe ser siempre calculado desde una perspectiva nacional, nunca local o regional. El error infantil de casi todos los informes benévolos que se hacen es juzgar el impacto desde una lectura parroquial, cuando una prueba de este calibre tiene repercusiones nacionales e incluso ibéricas", advirtió el economista, señalando un retorno en torno a los 30 ME cuando se realizó el GP de Portugal de Fórmula 1 en contexto pandémico.
La semana pasada, antes del GP de Italia en Monza, el presidente de la F1, el transalpino Stefano Domenicali, confirmó el interés de Portugal, Turquía y Alemania en acoger una prueba del Mundial, pero reveló que "será difícil" porque hay "muy pocas plazas disponibles", y que "quienes se sientan a la mesa necesitan tener poder financiero".
"Los costes de una prueba profesional de alcance internacional son una de las cuestiones más delicadas en el deporte motorizado, así como los ingresos asociados y su respectiva distribución. Si hablamos solo de tasas, en mi libro de 2017 llegué a un valor medio mundial en torno a los 40 ME, a los que se sumaban costes de actualización de infraestructuras, centrados en 20 ME, y de contratación temporal, así como otros más intangibles, que podrían alcanzar varias decenas de ME", explicó Paulo Reis Mourão.
El Gobierno no especificó cuánto prevé gastar por la posible presencia de la Fórmula 1 en Portugal, y el profesor de la Universidad de Minho reconoce que "el apoyo estatal, más allá de la suma materializada, funciona siempre como un certificado de reconocimiento público", protegiendo a los promotores privados de "acusaciones de elitismo o snobismo" provenientes de quienes no son adeptos de la modalidad o de determinados grupos de interés.
"Si le preguntan a un contribuyente sin interés en la F1 si parte de sus impuestos debe ir para recibir una prueba como esta, la respuesta más probable no será la más afirmativa. Aun así, el Estado, aunque no apoye con un céntimo, sale ganando con tener este deporte, desde aumentos de ingresos fiscales hasta el marketing promocional, que agilizará la atracción de inversión directa extranjera y catapultará futuros flujos turísticos", finalizó.
En 18 ediciones, el GP de Portugal fue ganado por antiguos campeones mundiales como Jack Brabham, Alain Prost, Nigel Mansell, Michael Schumacher, Damon Hill, Jacques Villeneuve o Ayrton Senna, cuyo primer triunfo de siempre ocurrió bajo la lluvia y al volante de un Lotus-Renault, en el Autódromo Fernanda Pires da Silva, en Estoril, en El 1985.
El recordista de títulos de Fórmula 1, con los mismos siete que Schumacher, el inglés Lewis Hamilton, entonces de Mercedes y ahora en Ferrari, se impuso en 2020 y 2021 en Portimão, superando hace cinco años los 91 triunfos del alemán para ser el piloto con más victorias en absoluto.