Oscar Piastri, líder del campeonato con 131 unidades antes del fin de semana, acaparaba todas las miradas este domingo porque también ocupaba esa posición de privilegio de cara a la carrera. Un extraordinario registro de 1:14.670 quitó la pole a Max Verstappen, quien prácticamente celebraba ya. La jornada sabatina fue desastrosa para Ferrari, ya que ninguno de sus pilotos avanzó siquiera a la Q3, y muy exitosa para Aston Martin, con doble representación en el top 10.
Nada más ponerse los semáforos en verde, el defensor del título escaló a lo más alto con un adelantamiento espectacular e incluso llegó a distanciarse en más de un segundo sobre su principal rival. Entretanto, Kimi Antonelli dejaba atrás al fichaje estrella de la Scuderia en la tercera vuelta y se acercaba a la zona de puntos, en la cual estaba ya Charles Leclerc. Mientras, Fernando Alonso y Lance Stroll se mantenían en sus puestos de origen... mirando por el retrovisor.
Antes de las primeras paradas, Lando Norris se colocó tercero a costa de George Russell. El asturiano se llevó un buen susto al ver cómo salía fuego de sus frenos, aunque no pasó de ahí. Carlos Sainz volvió a pista justo antes que su compatriota, de modo que le salió bien la jugada. Las sensaciones en cuanto a ritmo también acompañaban al madrileño.
Alonso, un quiero y no puedo
Mientras Piastri superaba con facilidad a rivales que aún no habían acudido a boxes, Verstappen seguía retrasando lo inevitable al tener algo más de medio minuto de margen. El momento perfecto llegó tras activarse el Virtual Safety Car debido a un problema mecánico que dejó a Esteban Ocon bloqueado en mitad de la pista. Alex Albon, Isack Hadjar, Kimi Antonelli y Lewis Hamilton también aprovecharon el contexto y acudieron a sus respectivos garajes por primera vez.
No fueron los únicos que optaron por ese camino, aunque el resto ya lo habían recorrido anteriormente. Oscar lo hizo y, cuarto, empezó a ver cada vez más lejos el triunfo. Stroll y Alonso, por su parte, empezaron a perder fuelle con sus gomas usadas ante cualquier monoplaza que presionaba. Aunque la jornada prometía para Fernando, ni Lance (15º) ni él (11º) pudieron puntuar. "Va a ser una tortura (...) Soy el piloto con peor suerte del puto mundo", dijo vía radio.
Antonelli emuló a Ocon y el coche de seguridad tuvo que irrumpir. Ni siquiera eso impidió que Max reinara sin apenas oposición y, como en los viejos tiempos, siendo el mejor de principio a fin. Norris, que pudo acabar con unos neumáticos menos usados que el australiano, se llevó la plata. McLaren, protagonista en un podio sin presencia de Mercedes y sin los tifosi. El mencionado Hamilton se quedó a las puertas tras una gran actuación y Sainz acabó octavo.