Sinner cumplió una suspensión de tres meses tras llegar a un acuerdo con la Agencia Mundial Antidopaje en febrero, después de que las autoridades aceptaran que el agente anabólico clostebol había entrado en su organismo de forma accidental a través de masajes realizados por su fisioterapeuta en Indian Wells en marzo de 2024.
Djokovic ha asegurado que no cree que Sinner actuara de manera intencionada, pero añadió que la polémica sobre la aparente diferencia de trato entre Sinner y otros deportistas menos conocidos seguirá rodeando al italiano, de forma similar a lo que le ocurrió a él con su deportación de Australia en 2022 por negarse a vacunarse contra la COVID-19.
"Esa nube le va a acompañar, igual que la nube del COVID me acompaña a mí, durante toda su carrera, o la mía en este caso," afirmó Djokovic en una entrevista con Piers Morgan.
"Es algo que... fue tan importante que, aunque con el tiempo se irá diluyendo, no creo que desaparezca del todo. Siempre habrá un grupo de personas que intentará sacar el tema a relucir."
Djokovic ha puesto en duda la gestión del caso de Sinner, después de que el tenista de 24 años pudiera volver a competir en mayo sin perderse ningún Grand Slam.
La Agencia Internacional para la Integridad del Tenis ha insistido en que todos sus casos se resuelven en base a hechos y pruebas, sin importar el nombre, la nacionalidad o el ranking del jugador.
"Falta transparencia, hay incoherencias y resulta conveniente que la sanción haya llegado entre los Grand Slam, así no se pierde los otros. Es muy, muy extraño," añadió Djokovic.
"No me ha gustado nada cómo se ha gestionado el caso y se ha escuchado a muchos otros jugadores, tanto hombres como mujeres, que han vivido situaciones similares y han salido en los medios a quejarse de que se les ha tratado de forma diferente."
