Qué bello es vivir, como recita El Kanka en uno de sus temas, con la tranquilidad de no jugarte la vida a 90 minutos. Esa era la situación de Manchester City o París Saint-Germain en la jornada definitiva, algo menos urgente para un Real Madrid resignado a pasar por esa ronda extra. El Barcelona, sin embargo, tenía el objetivo de terminar lo más arriba posible en la clasificación y mantener lo que igualmente puede definirse como una gran racha de resultados.
El escollo para lograr la séptima victoria en los últimos ocho encuentros era un equipo que se caracteriza por su estilo ofensivo, dinámico, vertical y divertido. Aunque Alejandro Balde no lo conozca, Gian Piero Gasperini ha dado una identidad a la Atalanta, que llegaba a Montjuïc con el reto de ocupar una de las posiciones de privilegio gracias a un balance previo de 13 puntos. Frenar el huracán ofensivo de los azulgranas (cinco goles al Benfica y siete al Valencia), todo un quebradero de cabeza.
El panenkismo ilustrado vivía su día más intento y ajetreado en un alocado e internacional 29 de enero. Puede ser mi gran noche, que cantó el bueno de Raphael durante el siglo pasado, y no había duda de que el transistor era el mejor aliado para disfrutar (o combatir) el infinito carrusel. Tan necesario como el televisor para quien apuesta por un maratón de películas románticas ¿Love Actually, Los puentes de Madison y Notting Hill? un sábado noche.
Salva(r)dos por centímetros
Szczęsny se ha acostumbrado a dar emoción a los partidos y este miércoles tardó muy poco en elevar el pulso de los aficionados locales: la presión de un rival le obligó a mandar el balón directamente a córner en una especie de pase a la valla publicitaria. Eso sí, el mismo guardameta polaco evitó el tanto en propia de Balde tras una gran acción de Zappacosta, el más activo del cuadro italiano durante los compases iniciales.

Lamine Yamal y nada más hasta el descanso en el bando culé: primero fue capaz de hacer una jugada que ya es marca de la casa, desde fuera hacia adentro con disparo de rosca, y luego dejó tumbado a Isak Hien antes de rematar con algo de timidez. Entretanto, los de Bérgamo amenazaban por medio de Mateo Retegui al aprovechar una indefinición de la zaga blaugrana, que respiró aliviada al ver anulado -con suspense- el tanto de Davide Zappacosta en el tramo final del primer acto.
Lamine, el jugador total
El fútbol es un juego de aciertos y errores. El segundo tiempo arrancó con un nuevo acercamiento de la escuadra de la Serie A, pero a la contra ocurrió lo que ya no es noticia: Raphinha encontró espacios por su banda y se la cedió a Lamine para que el adolescente se metiera prácticamente en la portería y colocara el 1-0. Y ni mucho menos fue la única ocasión, ya que el extremo se erigió en el líder ofensivo y, entre otras acciones, rozó el doblete mediante un espectacular tiro de exterior.
Wojciech Szczęsny estaba ofreciendo seguridad bajo palos, aunque nada pudo hacer para frustrar el chicharrazo de Éderson dos Santos, que escondió el cuero a Pablo Gavi y se sacó un latigazo -casi con la puntera- que sorprendió al veterano meta. Y la igualada llegó en el minuto 67, justo cuando menos podía esperarse debido a la sensación de peligro que daban los anfitriones, que igualmente seguían sufriendo a la hora de defender y perseguir el esférico.
El 'me quedo' de Araujo
Un saque de esquina botado a la perfección por Raphinha Dias cambió las tornas de nuevo: al segundo palo, libre de marca y sin oposición, apareció Ronald Araujo (72'). Y el charrúa no falló... para luego protagonizar una reivindicativa celebración que tiene mucho que ver con la que era su situación hasta hace sólo unos días, cuando parecía que se iba a la Juventus de Turín. "Yo aquí, yo aquí", expresó mediante ostentoso gestos.
El liderato -simbólico- estaba muy cerca, siempre con un ojo puesto en el duelo del Liverpool (sucumbió frente al PSV por 3-2), y buena parte del trabajo estaba hecho. Sin embargo, la insaciable escuadra de Gasperini nunca renuncia al ataque, más si cabe si el resultado es adverso. Y dado que el Barça tenía un punto menos de tensión, la conexión formada por Marten de Roon y el imperceptible Mario Pašalić hizo posible el definitivo 2-2, que deja la zona alta igual que antes de las 21h00.

Jugador Flashscore del partido: Lamine Yamal.