El organismo rector del fútbol sudamericano corrió traslado de la denuncia al club acusado. "El expediente está abierto en la unidad disciplinaria" de la Conmebol, señaló un portavoz a la AFP.
El encuentro que ganó el Palmeiras (0-3) en el estadio Gunther Vogel de San Lorenzo (afueras de Asunción) se vio empañado por demostraciones de racismo de aficionados locales que hicieron ademanes y llamaron "mono" a jugadores brasileños.
Cuando hizo declaraciones, afectado por el suceso, el delantero Luighi lloró ante las cámaras al finalizar el partido y la imagen exasperó y produjo reacciones masivas contra los actos de segregación, entre ellos del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y del titular de la FIFA, Gianni Infantino.
Conmebol divulgó enseguida un comunicado en el que remarcó su "rechazo tajante contra cualquier acto de racismo o discriminación" y anunció que implementará "las correspondientes medidas disciplinarias" y que "evaluará acciones adicionales".
La dirección del cuadro paraguayo también se pronunció y repudió el hecho, pero el conjunto brasileño reclamó la expulsión directa de Cerro del torneo.
"Vamos a llegar hasta el último recurso para que Cerro Porteño y los racistas y delincuentes sean castigados de manera ejemplar. De hecho, vamos a pedir que el equipo sea excluido de la competición", dijo la presidenta de la entidad, Leila Pereira.
El local, uno de los clubes más populares de Paraguay, debe identificar al autor o autores del hecho, amén de comprometerse a realizar campañas contra el racismo en todas sus presentaciones futuras, entre otras obligaciones que fijan las disposiciones reglamentarias.
Por reincidencia, el Ciclón de Barrio Obrero está expuesto a una multa de hasta 400.000 dólares (casi 370.000 euros).
Conmebol ya le aplicó una sanción por 100.000 dólares (923.000) el 22 de julio de 2022 por una denuncia presentada también por Palmeiras tras el partido de octavos de la Libertadores disputado el 29 de junio de ese año en Asunción.