Esta victoria, que empezó a encarrilarse a través de un gol de Benjamin Sesko, da aire al Leipzig y a su entrenador, Marco Rose.
Un día después de la eliminación del Bayern de Múnich -líder de la Bundesliga- a manos del Bayer Leverkusen, fue el Eintracht, primer perseguidor de los bávaros, el que dijo adiós a la posibilidad de levantar la Copa de Alemania.

El equipo de Fráncfort no perdía desde el 19 de octubre, en una visita a Leverkusen, y había encadenado ocho victorias y un empate entre todas las competiciones, mientras que el Leipzig no ganaba desde la ronda anterior (4-2 al St. Pauli).
El equipo de Rose venía de sumar un solo punto en las cuatro últimas jornadas de liga, mientras que el balance en Liga de Campeones es de cinco derrotas en cinco partidos.