Durante los últimos compases del partido, Bert Trautmann, que jugaba en la portería del Manchester City, sufrió una fractura de cuello en una dura entrada con el rival. A pesar de la grave lesión, Trautmann terminó el partido y ayudó a su equipo a ganar. Aquello simbolizó su resistencia y la garra de toda su historia.
Oscuro pasado bélico
Bernhard Trautmann nació en una familia obrera de Bremen (Alemania) en 1923. A los 10 años ingresó en las Jungvolk, la sección juvenil de las Hitlerjugend (Juventudes Hitlerianas). Las Jungvolk eran una organización para chicos de entre 10 y 13 años con un programa de actividades al aire libre, desfiles y deportes, y el objetivo de adoctrinar a sus jóvenes miembros en los principios de la ideología nazi.
Posteriormente, Trautmann se alistó en la Luftwaffe (fuerza aérea de la Alemania nazi) a principios de la Segunda Guerra Mundial, y sirvió como paracaidista. Luchó en el Frente Oriental durante tres años y ganó cinco medallas. Más adelante en la guerra, fue trasladado al Frente Occidental, donde fue capturado por los británicos cuando el conflicto tocaba a su fin.
Como soldado voluntario, fue clasificado como prisionero de categoría "C", lo que significaba que era considerado un nazi puro. Fue uno de los 90 soldados de su regimiento original de 1.000 que sobrevivieron a la guerra, y fue trasladado a un campo de prisioneros de guerra en Ashton, Lancashire.
Más tarde, Bernhard Trautmann rechazó una oferta de repatriación y, tras su liberación en 1948, decidió establecerse en la región de Lancashire, combinando el trabajo agrícola con la práctica del fútbol en un equipo local, el St Helens Town.

De cero a héroe
Sus actuaciones en el St Helens le valieron el apodo inglés de Bert, y atrajeron principalmente la atención de equipos de fútbol más grandes. En 1949 fichó por el Manchester City, un club que entonces jugaba en la máxima categoría.
La decisión del club de fichar a un antiguo soldado nazi provocó protestas, y 20.000 personas acudieron a una manifestación. Con el tiempo, fue ganando aceptación gracias a sus actuaciones en la portería del City, jugando en todos menos en cinco de los siguientes 250 partidos del club.
Trautmann destacó en la parada de tiros, sobre todo de penaltis, y detuvo el 60% de los que le lanzaron a lo largo de su carrera. Además de sus grandes reflejos, también destacaba por su tenacidad y sus valientes paradas.
Bert Trautmann ganó el premio al Futbolista del Año en 1956 y ayudó a su equipo, el City, a ganar un trofeo importante ese mismo año. La final de la FA Cup del 5 de mayo de 1956, entre el Manchester City y el Birmingham City, pasó a la historia.
Lesiones graves y otros golpes del destino
En el minuto 75 de la final de la FA Cup, Bert Trautmann, al lanzarse a por un balón, quedó noqueado en un choque con Peter Murphy, del Birmingham City, en el que recibió un rodillazo de Murphy en el cuello. En aquella época no se permitían las sustituciones, así que Trautmann, aturdido e inestable sobre sus pies, continuó en el partido.
Durante los 15 minutos restantes, defendió su portería y realizó varias paradas cruciales. El Manchester City consiguió la victoria. Trautmann admitió más tarde que había pasado la última parte del partido "en una especie de niebla".
La gravedad de la lesión sólo fue revelada por una radiografía, a la que Trautmann se sometió cuatro días después del partido. Su médico diagnosticó la fractura de la vértebra y glosó que "debería estar muerto".
La recuperación de Trautmann duró varios meses, por lo que se perdió gran parte de la temporada 1956/57. Este mal periodo para Bert Trautmann estuvo marcado por un incidente aún peor. Él y su mujer, Margaret, una inglesa a la que conoció en St Helens, perdieron a su primogénito, John. Murió en un accidente de coche pocos meses después de la final de la FA Cup de 1956, a la edad de cinco años.
Bert y Margaret tuvieron dos hijos más, pero su matrimonio quedó marcado para siempre por la muerte de John. La pareja se divorció en 1972. Bert Trautmann se casó dos veces más. Murió en 2013 a los 89 años.
La increíble historia de Trautmann está brillantemente retratada en la película biográfica The Keeper (2018), dirigida por Marcus H. Rosenmuller. Recomendamos encarecidamente la película, y no sólo a los aficionados al fútbol.