23 de diciembre de 2011, el día que cambió el Atleti: 14 años con Simeone

Simeone, en el partido contra el Girona
Simeone, en el partido contra el GironaFoto por MANAURE QUINTERO / AFP

Cada 23 de diciembre es un día especial para el Atlético de Madrid, club al que le tocó, aunque con algunas horas de retraso, su particular 'Gordo' allá por 2011. Hablamos, claro, del inicio de la etapa de Diego Pablo Simeone (55) como entrenador del equipo rojiblanco.

Apenas había subido al cuarto escalón de la vida cuando regresó a un plantel en el que ya había dejado huella como jugador y que por aquel entonces disputaba sus partidos de local en el mítico Vicente Calderón. Han cambiado muchísimo las cosas desde el 23 de diciembre de 2011, poco después del cese de un Gregorio Manzano que ni siquiera se dedica ya a entrenar (ahora ejerce como miembro del Comité Arbitral de la RFEF).

No tardó mucho el argentino en demostrar sus credenciales, pues solo tuvo que esperar unos meses para levantar su primer título: ni más ni menos que la Europa League. Ese mismo logro se repitió años después, concretamente en la campaña 2017/18, aunque en esa fecha ya habían experimentado dos grandísimas decepciones al perder sendas finales de Champions ante el eterno rival, un Real Madrid que se impuso primero en la prórroga y, luego, en penaltis.

Simeone colecciona un total de ocho títulos como técnico colchonero, una cifra que no ha alcanzado ninguno de sus predecesores. Se incluyen también la Copa del Rey y las dos Supercopas (de España y de Europa, con doble éxito en el caso de esta última). Sin embargo, hay que hacer mención especial a las dos Ligas ganadas: en la campaña 2013/14, pese a tener enfrente a dos jugadores de leyenda -Leo Messi y Cristiano Ronaldo-, y en la 2020/21.

El Cholo se ha ganado el respeto de la afición y de la opinión pública. Aunque en los últimos tiempos ha surgido una corriente algo más crítica e inconformista que pide un paso adelante tras varios años en blanco, la realidad es que nunca ha tenido que escuchar aquello de "vete ya" o "dimisión", al contrario que muchísimos de sus compañeros de profesión. En un contexto tan cambiante, en el que la paciencia escasea, lo suyo es una bonita rara avis para seguir confiando en el amor.