Han sido cinco semanas extraordinarias para el inglés, que ha olvidado todos los problemas que tuvo en el arranque de este curso 24/25, donde el cambio de posición, más retrasado y con menos libertad de acción, le perjudicó sobremanera en su rendimiento.
Pero fue mover piezas Ancelotti, volver a darle los mandos, y comenzar todo a fluir. Su racha la inició en la goleada por 4-0 ante Osasuna el 9 de noviembre en el que fue su primer gol en esta Liga. Después llegaría el Leganés, 0-3, tras el parón internacional, en el que también mojó ya en la recta final del choque. Siguió mojando en la victoria por 2-0 ante el Getafe, ya en diciembre. El siguiente encuentro fue el del Athletic, adelantado de la jornada 19, en el su gol no sirvió para evitar la derrota en San Mamés. Su quinto tanto consecutivo lo firmó frente al Girona (0-3) y el sexto llegó en Vallecas.

Mucho le debe el Real Madrid a Bellingham en la mejora del equipo, si bien no le ha dado aún para asaltar el liderato del Barcelona porque muchos de sus compañeros aún no han alcanzado esa velocidad de crucero en la que navega ya el bueno de Jude.