LaLiga arde. Dos puntos separan al Real Madrid (con un partido menos) que el FC Barcelona. El sábado, en Montilivi, los blancos completaron una función sobresaliente: resistieron la buena salida de un Girona que gracias a la velocidad y al regate de Yáser Asprilla inquietaba la portería de Courtois; resolvieron gracias a un remate desde la frontar del área de Bellingham en el 34' y disfrutaron con inteligencia en la segunda mitad.
El partido del Real Madrid deja algunos puntos negativos: la desconcentración durante los primeros minutos continúa siendo un síntoma común durante casi todos los partidos. En algunas acciones defensivas se presentan errores que en otras circunstancias pasan factura y, por momentos, el ataque se nubla, se enreda.
En esos momentos de confusión el capitán Jude tiró del barco. Fue el encargado de abrir el marcador. Festejó como nadie el golazo de Arda Güler y siempre estuvo para dar su máximo nivel. Se retiró tocado. Ancelotti ya confirmó que no es de gravedad. Seguramente estará ante la Atalanta, un equipazo que le obligará al Real Madrid a concentrarse durante 90 minutos y a entregarse a sus figuras, a sus referentes.
Jude Bellingham, en menos de dos temporadas, ya se ha ganado un espacio entre los líderes del vestuario. Cuando el panorama está oscuro para el Madrid, él aparece para iluminar el camino.