Se viene partidazo en el Sánchez-Pizjuán entre un Sevilla al alza y un Barcelona que, tras la decepción ante el PSG, vuelve a LaLiga para defender su liderato. Con la camiseta hispalense y con el recuerdo de cuando vestía la casaca azulgrana, Alexis Sánchez (36) el ya no tan niño que quiere seguir siendo una maravilla.
Allá por el año 2011, con 22 años, un chaval de Tocopilla (Chile) ya había destacado en el fútbol europeo. El Udinese era el club que había confiado en él y no defraudó. Y eso hizo que el Barça lo llevara al Camp Nou a cambio de 26 millones de euros para formar tridente junto a Messi y David Villa, con permiso de Pedro.
En el conjunto azulgrana nunca llegó a sentirse del todo cómodo, pero aun así se las apañó para jugar 141 partidos y marcar 47 goles, y conquistar seis títulos: una Liga, una Copa del Rey, dos Supercopas de España, una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes.
En el Barça se le sigue recordando por un gol de vaselina que anotó en un Clásico, en el que parece que detuvo el tiempo con un recorte mágico y el posterior disparo.
Pero el chileno se tuvo que marchar para hacer hueco a Luis Suárez en un viaje que le ha llevado muchos años después hasta Sevilla, donde se está haciendo notar. Y espera este domingo romper su mal fario cada vez que se mide a su exequipo. Jugó cuando defendía los colores del Arsenal, del Manchester United y del Inter de Milán, siempre en Champions, y en todas ganó el Barça.
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