Pregunta: ¿Qué sintió el pasado verano al ver a España ganar el oro olímpico frente a Francia después de las finales perdidas de 2000 en la que usted estuvo presente y de 2021?
Respuesta: Ver a España ganar la Olimpiada en fútbol estuvo bien, yo creo que se lo merecía, tenía una muy buena selección, pero bueno, normalmente España siempre llevaba, siempre ha llevado una buena selección a las Olimpiadas. Lo que pasa que después, cualquier torneo por eliminatorias siempre es difícil y depende de estar bien en un partido, o si pasas y no estás bien, si hay una decisión arbitral rara, un equipo que se cierra, llegas a los penaltis, te la juegas en un poquito la lotería.
Pero bueno, yo creo que aquí el fútbol fue justo y se consiguió una victoria de otra generación, pero bueno, contento porque, porque al final son cada vez más las generaciones de deportistas, de futbolistas que vamos ganando medallas, que no es el deporte, la especialidad, rey de la Olimpiada, pero que, pero que al final cada año pues intentamos sumar algunas medallas. O sea que contento de ver que el fútbol también contribuye a que el deporte español pueda destacar en las Olimpiadas.
"La base de la generación que ganó todo fue una sub 21 donde había una gran selección"
P: Coincidió en esa selección con varios jugadores que acabaron formando parte de la Edad de Oro del fútbol español como Capdevila, Puyol, Marchena o Xavi. ¿Se imaginaba que iban a llegar tan lejos?
R: Sí, sí, es verdad. La generación que ganó, que empezó a ganar Eurocopa, Mundial y Eurocopa, es la generación que empezaba en esa selección sub-21 y que al final fue la selección olímpica. También con Casillas, con gente muy muy importante que al final pues pudo ayudar mucho a conseguir esos hitos. Pero, hombre, había jugadores que ya destacaban mucho. Había jugadores que ya en esa época, Tamudo, Xavi, Puyol, los que has nombrado, Capdevila, José Mari, que estaban en Milán, Luque en Mallorca, Albelda, Angulo, Farinós... Es que había una gran selección. Me dejo muchísimos jugadores, como Gabri, o Toni Velamazán. Era una muy muy buena selección, con muy buenos jugadores.
Y no me sorprendió que el futuro se juntara en esta generación que era la nuestra, con la generación que venía de abajo, que venía muy fuerte y se pudiera hacer un conjunto que nos llevó a los mejores éxitos del fútbol español, jugando de una manera muy muy identificada. Una manera muy, por qué no decirlo, muy muy Barça, que todavía nos hace un poquito, a los que hemos nacido, desde que hemos salido del Barça, pues nos hace todavía un poquito más identificarnos con esos triunfos. Y muy contento y muy feliz de que esos jugadores, con los que a veces también coincido y hablo con ellos, pues hayan dado tanto al fútbol español. Sí se veía venir que muchos de ellos estaban destinados a ser estrellas.
P: ¿Cuándo decide hacerse entrenador cómo le surge la opción de orientarse hacia el fútbol femenino?
R: El tema del fútbol femenino es muy simple y como supongo que pasaba a muchos entrenadores femeninos hace años, ahora ya no, ahora ya es por vocación, pero yo empecé a entrenar femenino por mi hija. Mi hija quería jugar a fútbol, mi hija empezó a entrenar a fútbol, yo iba como padre a ver entrenamientos de equipo de mi hija, de otros equipos, y claro, cuando yo veía entrenamientos de algunos equipos de fútbol femenino, veía entrenadores de la banda. Yo alucinaba porque yo no me imaginaba que los entrenadores de femenino entrenasen tan mal a jugadoras de fútbol.

Yo decía que por qué yo he tenido la suerte de tener entrenadores que me enseñaban a jugar a fútbol y lo que estoy viendo, que entrenan a otros equipos, a otros equipos femeninos. Esto es todo menos fútbol y así no van a aprender y yo no entendía por qué no se podía enseñar igual que a un chico a una chica.
Claro, por suerte eso ha cambiado y cada vez hay mejores entrenadores y más preparados y entrenadores por vocación, no sólo los padres de las jugadoras, pero los primeros años, bueno, es tan simple como eso. Mi primer equipo que cojo es de femenino y todavía estaba jugando en activo en el Badalona, yo no quería entrenar, pero bueno, salió la oportunidad por mi hija y tenía un entrenador que me dejaba ayudarle, pero por motivos personales tuvo que marchar. Entonces, la presidenta del Cabrera, Montse Sala y Martín, me dijo si quería hacerlo yo. Yo hablé con los padres, les dije que confiasen en mí, que la cosa iba a mejorar y recuerdo que fue un equipo que empezamos el primer año que se juntaban en un grupo de amigas que no habían jugado a fútbol muchas y quedamos penúltimas, pero el año siguiente, después de estar un año entrenando juntas, quedamos campeonas de liga. Entonces, claro, un poco de mérito mío tenía, pero también es que yo veía a los demás entrenadores y es que no, la mayoría no eran buenos entrenadores de fútbol.

Yo he escuchado declaraciones que me impactaron; una de Vero Boquete hace unos años que dijo que ella en su carrera, creo que no sé si nunca o hasta el final casi, no había tenido nunca un entrenador que fuese mejor que ella. Claro, ella es muy buena, es difícil ser mejor que Vero Boquete, es evidente, pero es muy triste que te enseñen entrenadores que no saben de fútbol más que tú. Claro, yo he tenido la suerte de entrenadores de muchos niveles y entrenadores de muchas edades.
Evidentemente, los entrenadores que eran más mayores no podían competir futbolísticamente con nosotros, pero es igual, o sea, tenían unos conocimientos enormes y nos explicaban perfectamente lo que teníamos que hacer, aunque no pudieran demostrarlo ellos porque físicamente no les daba. En femenino era un desastre, o sea, ni sabían hacerlo ni sabían explicarlo. Entonces, es una cosa que a mí me indignaba mucho y yo, pues bueno, mi hija al final no se dedicó al fútbol, ella el fútbol lo tenía como hobby y por mí encantado, pero yo quería que ella se sintiese futbolista y que pudiera aprender a jugar a fútbol como me enseñaron a mí.
Es verdad que yo soy un entrenador muy exigente, es verdad que la exigencia que a mí me dieron también se la exigía yo y se la exijo a mis jugadoras de igual manera. Pero intento sobre todo entrenar de la manera que a mí me han entrenado y de la manera que a mí me ha servido para mejorar el trabajo diario. La exigencia diaria es lo que nos hace mejorar.
"En temas tácticos no hay diferencia entre el fútbol masculino y el femenino"
P: ¿Qué diferencias cree que hay entre dirigir un equipo masculino y uno femenino?
R: Pues socialmente son diferentes y eso no podemos discutirlo no me meto a favor ni en contra es simplemente que no es lo mismo tú ves una entrada al vestuario de Luis Enrique que se hizo viral el año pasado tirando botellas pegando manotazos pegando chillidos diciendo algunas palabrotas, o de Flick, o de algún entrenador que no hace falta buscar mucho para verlo en masculino, que es normal, que a mí me ha tocado vivirlas como jugador, en femenino pues seguramente no puedas hacer según qué cosas porque bueno porque no se puede hacer, no quiero entrar a valorar si es mejor o peor.
En temas tácticos no hay diferencia, en temas de ciclos de entrenamientos no hay diferencia, en lo que se refiere a trato de las jugadoras hay diferencia pero en el masculino tampoco se le trata a todos los chicos igual, hay chicos que son más valientes, chicos que son más retraídos, chicos que cuando les pica saltan y responden y chicos que cuando les picas se acobardan y se encogen, pues en las chicas pasa igual así que es verdad que con las chicas pues igual tienes que utilizar un lenguaje más moderado y lo entiendo perfectamente.
Además creo que en el fútbol femenino en España. sobre todo en España, el jugador masculino está más acostumbrado a obedecer, a la jugadora te la tienes que ganar, la jugadora te suele preguntar mucho por qué hago esto, por qué me haces hacer esto, al menos en la experiencia que yo tenía antes de salir de allí.
"Físicamente, hombres y mujeres son diferentes"
Físicamente, evidentemente, son diferentes, los hombres corren más rápido, saltan más, chutan más fuerte, son más altos, y esto genera situaciones tácticas, por ejemplo, en fútbol femenino, aunque la cosa ha mejorado mucho, cuando yo empecé era muy difícil encontrar a una jugadora que hiciese un desplazamiento de balón de 50 metros.
También es verdad que las jugadoras por desgracia en el fútbol base entrenan en un cuarto de campo, por lo tanto no tienen la capacidad, ni la oportunidad, de poder desplazar balones en largo. Ello también repercute en las presiones, que puedes ajustarlas más cercanas, porque no hay tanta capacidad de pillarte la espalda con un pase largo, porque el pase largo no es tan largo, aunque eso, repito, cada vez va cambiando, porque los entrenadores insistimos cada vez.
Al nivel más alto, si me preguntas la diferencia que hay entre un equipo como el Barça femenino y un equipo masculino te diría que son muy pocas; tú ves jugar al Barça Femení y hay muchos equipos masculinos que no son capaces de jugar al nivel y al ritmo de balón que tiene el Barça Femení, después ya veríamos de temas físicos y de temas de fuerza y de masa muscular, eso ya es otra cosa.
Pero el tema futbolístico yo creo que un entrenador del Barcelona se tiene que sentir muchísimo más realizado que un entrenador de otro equipo masculino de una categoría inferior o que no cuente con jugadores de la calidad que tienen las jugadoras del Barcelona.

"En Japón son obedientes, no te discuten absolutamente nada"
P: ¿Cuáles son las principales diferencias culturales que ha notado en los casi dos años que lleva en Japón?
R: De esto te podría escribir un libro. Las diferencias son enormes, son enormes. En España, los latinos somos rebeldes, por naturaleza, yo también lo era, somos rebeldes. La autoridad nos la tenemos que ganar o nos la tienen que ganar, nosotros no la regalamos, nos tienen que convencer para creer en alguien. Aquí son extremadamente obedientes, aquí no te discuten absolutamente nada. Recuerdo las primeros semanas que yo llegué aquí, las jugadoras no me miraban directamente a los ojos ni siquiera, miraban al suelo.
A mí me gusta mucho hablar y hablar con ellas, yo les preguntaba y no me contestaban porque me decían, no, es que aquí no están acostumbrados a que los entrenadores les pregunten cosas a las jugadoras, ellas simplemente obedecen. Claro, eso es un problema porque al final el futbolista, como yo le digo a mis jugadoras, muchas veces yo no les puedo decir lo que tienen que hacer en cada situación del campo. Yo le puedo explicar lo que deben hacer en una situación parecida pero en el campo no hay dos situaciones iguales y ellas tienen que aprender a pensar por sí mismas.
Y ellas aquí en Japón necesitan de inicio el blanco o el negro y el fútbol muchas veces no es blanco o negro, es gris y tienen que tomar decisiones. Son muy muy muy retraídas y en España nos pasa todo lo contrario. Somos mega valientes y a la mínima nos venimos arriba, nos crecemos y nos creemos los dioses del mundo.
Aquí las jugadoras jóvenes por cultura tienen que ayudar a las mayores sin decirles nada, ellas te limpian los balones, limpian el suelo, recogen el agua sin tú decirles nada, cargan las maletas. Pero es porque es algo cultural. En la mesa, en Japón, la persona más joven de la mesa sirve a los mayores, les sirve siempre el agua. No se sirven los mayores. Siempre es la jugadora, siempre es la persona joven. Y eso se traslada al femenino. Son futbolistas muy académicas, son futbolistas técnicamente buenísimas porque pasan horas y horas y horas repitiendo ejercicios analíticos. Pero claro, no tienen ese fútbol de calle ni esa picardía que tenemos los latinos. A veces necesitas también tener esa picardía. No tienen ese fútbol de calle de salir a jugar con los amigos, a driblar, a regatear, a imitar cosas, a tener fantasía, talento. Aquí son, ya te digo, muy muy muy académicas.
Aquí no tienen maldad ninguna. Somos el equipo con más tarjetas de la liga, porque aquí no se hacen faltas. Aquí, recuerdo una vez, una anécdota que siempre la comento, porque vine, cuando llegué a Japón vine a hacer un clinic y un entrenador vino a hablar conmigo, muy bien, muy majo, muy amable, muy simpático, y me dijo, mira, es que tengo un problema, me hacen muchos contraataques, somos un equipo muy ofensivo y muchas veces me hacen muchos contraataques y a veces sufrimos en defensa porque nos hacen contraataques, ¿cómo crees que tengo que pararlos? ¿Cómo crees que puedo hacer para que no me hagan contraataques? Bueno, le dije lo clásico, ¿no? Dije, pues primero mantener el orden defensivo, ataco, pero siempre con vigilancias, finalizar jugadas, si tú finalizas jugadas, no te roba un balón, por lo tanto tienen que iniciar y ya te da tiempo a colocarte y presión tras pérdida. Una vez pierdes el balón rápidamente, ir a la presión para no dar tiempo a que el rival se organice, y le digo, y por último, si te superan esa presión, pues una falta táctica para dar tiempo a que el equipo se organice, que dé tiempo a recuperarse.
Y me dice, "no, no, lo siento, aquí en Japón no podemos hacer faltas tácticas, eso no, aquí no está permitido". Y dije,"hostia, dije, vale, pues bueno, entonces sin faltas tácticas". Pero las faltas tácticas muchas veces son necesarias para justamente que no te hagan contraataques. Para que veas la nobleza de lo que es el fútbol, aquí no se protesta, a los árbitros no se les protesta, no se tiran, no simulan, aunque les hagan muchas veces falta, no se dejan caer, que a veces les digo, no engañéis, no hace falta engañar.

"Ha sido un año muy complicado y quería pasar más tiempo con la familia"
P: ¿Qué le ha llevado a finalizar su aventura japonesa? ¿Qué planes tiene para el futuro?
R: La distancia con mi familia, el que ellos no puedan estar aquí viviendo conmigo, que tenga que estar, a veces, periodos largos solo. Eso es la causa principal, sobre todo, el estar lejos de la familia, de mis hijos. Han sido dos años. Dos años es mucho tiempo y te pierdes muchas cosas importantes de la vida de tus hijos cuando van creciendo.
Y el segundo motivo es que ha sido un año muy complicado. Ha sido un año con muchos cambios. Cambiamos seis jugadoras del equipo titular de este año al año pasado. Se marcharon jugadoras muy importantes. Se marcharon las cuatro internacionales que teníamos en el equipo. Por ejemplo, una de las mejores porteras del mundo, Ayaka Yamashita, se fue al City, también se fue otra de las mejores del mundo, Mina Tanaka. Seguía siendo un año de mucha exigencia, porque al final la exigencia está ahí. Y mantener ese nivel competitivo exigía mucho trabajo mental, mucho desgaste diario, mucha exigencia en los entrenamientos. Al final el objetivo era mantener una muy buena línea de resultados, pero en principio con un equipo de menos nivel, o al menos eso marcan las internacionalidades que tenía el equipo. Esos son los dos motivos principales.
Aún había cosas positivas para seguir, claro. El día a día con el equipo sigue siendo bueno y los resultados, pero había momentos que salía muy negativa. Los meses que estaba solo se me hacían muy, muy largos. Entonces, creo que la mejor manera es marchar en el momento en que todo va bien.
En cuanto a planes, en principio, mi idea es volver a casa, descansar, tranquilidad, pasar un poco más de tiempo con mis hijos y volver otra vez, quizá, a ser lo que era antes de venir aquí a Japón. Comentarista deportivo, de radio, de televisión, de actividades futbolísticas, que también me gusta. Y, evidentemente, entrenar me encanta. Si sale algún proyecto que realmente me merezca la pena, el volver a ponerme en el campo, pues abierto a todo. Pero ahora mismo, ya te digo, la idea es volver a casa e intentar descansar con la familia, con los perros, los gatos, tener un poquito de descanso. Pero, evidentemente, si sale algo irrechazable, pues a entrenar, que también me gusta mucho.