Se queda. Pero no como aquello de Piqué con Neymar, sino que Fermín sí seguirá vistiendo de culé. A pesar del interés, de las llamadas, de las conversaciones y de todo lo que el Chelsea y Maresca le ponían por delante, el internacional español ha dicho que se queda en el Barça.
Una decisión que ya conocen en las altas esferas de la entidad blaugrana, que no veía con malos ojos desprenderse de un futbolista muy valorado, pero que suponía un beneficio económico brutal para las necesitadas arcas.
No pensaba lo mismo Hansi Flick, decepcionado este verano con Laporta y su gestión con el Fair Play Financiero, que no quería perder ni a Fermín ni tampoco a Marc Casadó, el otro centrocampista en la rampa de salida.
Finalmente, el técnico se ha salido con la suya porque ninguno de los dos quería irse ni ha pedido salir. Era más bien la directiva la que siempre los ha puesto en el mercado. Y habrían mordido el anzuelo si la voluntad de ambos hubiera sido otra.