El 2 de marzo de 2024, en un partido entre el Valencia y el Real Madrid, la grada de Mestalla enmudeció mientras compañeros y rivales en el césped se llevaban las manos al rostro, algunos incluso llorando, viendo la terrible lesión que acababa de sufrir el central francoguineano.
Tchoauméni, de manera involuntaria, cayó sobre su rodilla y esta se dobló hacia dentro, provocando una luxación de la articulación. Los gritos del jugador y, sobre todo, la antinatural forma de su pierna derecha temieron lo peor. Cinco días después fue operado y 10 meses, tres semanas y tres días después volvía a jugar.

Fue en Montjuïc ante un Barça que ganaba ya 7-1 a los che, y tan solo nueve minutos, pero que seguro que al bueno de Diakhaby le habrán sabido a gloria. Ahora toca seguir entrenando, mejorando su estado físico y ganarse la confianza del técnico para seguir disfrutando sobre el césped.
Atrás quedan meses de una dura, física y mental, recuperación. Ya vuelve lo más bonito. Aunque será en otros partidos para los valencianistas.