A su llegada a la residencia de Parquesol, había más de medio centenar de aficionados expresando su indignación por la trayectoria del equipo, que sólo ha sumado 16 puntos.
Este sector de la afición del Valladolid recibió a los jugadores con lluvia de huevos, con insultos y con abucheos a Luis Pérez, a Javi Sánchez, al director deportivo Domingo Catoira e incluso al entrenador Álvaro Rubio. El único que se libró fue Raúl Moro, que fue aplaudido.
"Los brasileños se tienen que marchar"
Asimismo, la Grada de Animación Fondo Norte 1928 colgó una pancarta que rezaba lo siguiente: "Directiva, técnicos, jugadores, todos culpables. Todos fuera. Pucela somos nosotros".
Además, profirieron cánticos “¡Jugadores, mercenarios!”, "¡Directiva, dimisión!" y "¡Los brasileños se tienen que marchar!".