Porque la paciencia es la virtud menos habitual en el fútbol. Y porque, como se dice desde épocas inmemoriales, es más fácil echar a un entrenador que a 20 jugadores. El último en conocer el lado amargo del fúbol ha sido Sergio Pellicer, hasta ahora en el Málaga.
Antes que el de Nules, que se ha despedido públicamente en una multitudinaria rueda de prensa donde le han acompañado sus hasta ahora futbolistas, ya había seis colegas que habían perdido su trabajo.
Johan Platt, en el Castellón, fue el primer en ser destituido. A él le siguieron Raúl Llona (Cultural Leonesa), Asier Garitano (Sporting de Gijón), Gabi Fernández (Zaragoza), Fran Justo (Mirandés) y Sergio Guilló (Huesca). Ahora le ha tocado el turno a Sergio Pellicer.
De todos esos equipos, los que mejor situados se encuentran en la clasificación son el Sporting, noveno con 20 puntos, a sólo uno del playoff y a cinco del descenso; y el Castellón, 10º con 19 puntos. El resto, quizás algo la Cultural por haber salido del descenso precisamente por ganar al Málaga, aún no ha visto reflejado un gran y positivo cambio después de la llegada de los nuevos inquilinos del banquillo.
Los malagueños, con el quinto mayor presupuesto para la composición de su plantilla, marcha 17º con 15 puntos.
Una situación, esta de los despidos de entrenador, que contrastan con lo que está sucediendo en Primera, donde solo Veljko Paunovic, que unos días después fue nombrado seleccionador de Serbia, ha sido sustituido, en su caso en el Real Oviedo.