El triunfo del Villarreal en Vallecas alertaba al Athletic, que aspira a terminar la temporada entre los cuatro primeros clasificados, y todo apunta a que sólo los groguets pueden llegar a evitarlo. Y en un contexto radicalmente opuesto, con el hasta hace días entrenador del filial al frente (Álvaro Rubio) y en medio de un clima de tensión que va a más, aparece un equipo que está llamado a volver a la división de plata del fútbol español.
El Valladolid, que se presentaba en la Catedral tras haber encadenado cinco derrotas seguidas, encaraba un partido durísimo en el templo rojiblanco, donde ni siquiera los grandes están exentos de sufrimiento. Óscar de Marcos, titular en el costado derecho, jugaba su primer encuentro desde que anunció que se retirará a final de temporada. Y es especial por otro motivo más: ya es, con 561, el segundo jugador con más participaciones en la historia del club -ha superado a Iker Muniain -.
Un paseo triunfal
Los blanquivioletas se protegieron (o lo intentaron) al colocar tres centrales, pero el cambio de dibujo no frenó las embestidas del rival, que probó fortuna en los compases iniciales por medio de Oihan Sancet. Y allá por el minuto 10, Mikel Jauregizar llegó en carrera y colocó el balón lejos de las manos de Karl Hein, cuya estirada fue inútil dada la trayectoria -hacia fuera- del esférico. Antes del descanso, el joven mediocentro gozó de dos oportunidades muy claras, así que pudo anotar un hat-trick.

Los visitantes apenas salían de su campo, pero Mamadou Sylla firmó el empate de forma inesperada tras una gran jugada personal de Marcos André. Sin embargo, Ortiz Arias fue avisado desde la sala VOR y el gol se anuló por un milimétrico fuera de juego. Y como dicen que las desgracias nunca vienen solas, Nico Williams recibió el cuero y protagonizó una brillante diagonal en la cual esquivó a zagueros en forma de conos para definir con un suave remate.
La vulnerabilidad de la zaga del Pucela volvió a quedar en evidencia en el primer tanto de Maroan Sannadi, quien se hizo fuerte en el área y mandó al suelo a un David Torres demasiado inocente. De Barakaldo a San Mamés después de subir dos escalones de golpe en el inicio de una ilusionante experiencia. Y la guinda, todavía con la segunda mitad por delante, la puso Sancet mediante un espectacular zambombazo tras hacer buena una exquisita asistencia de Jauregizar.
El arte se hace gol
El guion cambió radicalmente tras el tiempo de asueto, ya que Sylla se desquitó en una extraña transición que se tradujo en el inesperado 4-1, con Unai Simón venciéndose demasiado pronto. E incluso amenazó de nuevo el colista a través de un disparo que sí desbarató el portero internacional con España. Pero si algún seguidor llegó a ilusionarse, la segunda tarjeta amarilla -y expulsión- a Stanko Jurić desbarató toda esperanza. Y entonces volvió el calvario.

Una doble ocasión de Vesga precedió a una nueva obra de arte de Nico, que se infiltró entre dos defensas y la clavó en la escuadra del segundo palo justo antes de ser reemplazado. Y casi sin respiro, en una bonita acción colectiva, el mayor de los Williams asistió al recién ingresado Guruzeta en el sexto chicharro de la tarde para los bilbaínos (69'). ¿Quién da más? Pues el propio Iñaki, que firmó el 7-1 y rozó el octavo con un espectacular tiro.
Jugador Flashscore del partido: Nico Williams.