Centro de datos del Real Madrid-Osasuna
Imagínense una gran fortaleza que haya resistido el paso del tiempo y de las guerras, fabricado con el material más duro y robusto que uno pueda encontrar sobre la faz de la Tierra. Una muralla inamovible, imposible de derribar o traspasar. Tíñanla de rojo. Eso fue lo que construyó Osasuna en el Bernabéu. No defendió con cinco atrás. Lo hizo con sus 10 jugadores de campo protegiendo a Sergio Herrera en un espacio de 30 metros. Y con los 10 vestidos de blanco también en el mismo lugar, pues como la hora punta en el metro de Madrid. Encontrar hueco no era una opción.
Es ahí donde la habilidad y la técnica deben imponerse, pero ni Vinícius ni Mbappé ni Brahim mostraban la inspiración adecuada para superar los marcajes dobles que recibían cuando intentaban encarar. La única forma de generar algo de peligro llegó desde disparos lejanos de Huijsen y de Militao, que pusieron en apuros a Herrera. En alguna ocasión lo intentó, tímidamente, Mbappé. Poco más hasta el descanso. Güler no creaba fútbol, la banda de Alexander-Arnold estaba abandonada y todo se intentaba desde la izquierda, donde tampoco Carreras marcaba diferencias.
Lisci, el técnico milagro del Mirandés la pasada campaña, aplaudía a los suyos por su sacrificio y su buen hacer defensivo. En ataque ya era otro cantar. Sólo un remate muy desviado de Budimir y con la derecha. Casi acaba en el techo del estadio. Pero el plan de los navarros salía a la perfección. En el ecuador, 0-0 y jugando con la paciencia de los de Xabi Alonso y de la grada.
Mbappé, el especialista
O marcaba pronto el Madrid o el nerviosismo, da igual que quedasen 37 jornadas más, se volvería otra amenaza más en contra. En esas apareció Mbappé con un recorte que se comió Juan Cruz, que barrió al francés dentro del área. Él no quería, pero lo hizo. El penalti lo marcó el nuevo 10 para resquebrajar el muro osasunista y de paso acabar con cualquier debate sobre quién debe tirarlos.
El gol alivió a los madridistas, que rozaron pronto el segundo con un disparo de Güler que rozó la escuadra. Osasuna, ya no tenía otra, intentó estirarse aprovechando un despiste de Alexander-Arnold que tuvo que corregir Militao ante Abel Bretones. Fue el momento en el que Xabi Alonso decidió que el Bernabéu se viniera abajo con el regreso del capi, Dani Carvajal, y el debut de Mastantuono. Ni en un concierto suenan tantos decibelios.
Llamativo que Franco, como sonó en el estadio, entrase antes que Rodrygo para suplir a Brahim. También Gonzalo, el goleador del Mundial, fue preferido al brasileño. Lisci, por su parte, introdujo al 'madridista' Víctor Muñoz. Lo primero que hizo éste fue un caño a Huijsen. Desparpajo en su debut con un Osasuna que, sin nada que perder, comenzó a ir hacia arriba. Comenzó entonces un partido de ida y vuelta. Y de igual modo que Tchouaméni pudo marcar tras un córner de Mastantuono, Budimir pudo lograr la igualada con la testa.
Pero el marcador no se movió. Lo que sí hubo fue una tarjeta roja por una carga con el codo sacado más de lo normal y en carrera a Abel Bretones, que casi mandó a la grada del empujón a Gonzalo García. Entre protestas visitantes finalizó el partido con la victoria de un Madrid al que le salvó el punto de penalti.
Jugador Flashscore del partido: Kylian Mbappé (Real Madrid).