El derbi asturiano entre el Oviedo y el Sporting de Gijón, partido de Segunda división, fue detenido en la recta final de la primera parte por el lanzamiento de objetos al césped.
El colegiado ya había dado un primer aviso, pero la afición del Tartiere no hizo caso y siguió lanzando bolas de papel con las cartulinas usadas para el mosaico diseñado en los prolegómenos del partido. Ante esta circunstancia, Sesma Espinosa aplicó el protocolo y mandó a los jugadores a vestuarios.
Allí estuvieron casi un cuarto de hora con el encuentro detenido mientras por megafonía se avisó de una posible suspensión definitiva como el lanzamiento de objetos no cesara de inmediato.
Al final se pudo reanudar el encuentro, para el que quedaban seis minutos de la primera mitad.