Luciano Spalletti ya no es el seleccionador de Italia. La decisión se hizo oficial en una rueda de prensa la víspera del delicado partido contra Moldavia, correspondiente a la fase de clasificación para el Mundial de 2026.
El final de la aventura azzurra del técnico toscano se sancionó con la abultada derrota por 3-0 ante Noruega en Oslo, que complicó dramáticamente el camino de la selección hacia el Mundial.
Sin embargo, en rueda de prensa, Spalletti confirmó su presencia en el banquillo para el partido contra Moldavia: "Estaré allí mañana por la noche", dijo. La rescisión de su contrato con la FIGC se formalizará el martes. Su marcha es, por tanto, inminente y definitiva, tras menos de un año al frente de la azzurra, con un presupuesto marcado por los altibajos y la crisis de confianza.
El nombramiento, en los próximos días
El mandato de Spalletti comenzó con grandes expectativas. Sin embargo, el rumbo de la selección nunca terminó de despegar, con actuaciones fluctuantes, dificultades de grupo y decisiones tácticas que a menudo acabaron en el punto de mira de la crítica y la prensa. La derrota contra Noruega ha sido la gota que colmó el vaso. Ahora Italia debe reaccionar con rapidez, porque la clasificación para el próximo Mundial aún es posible, pero pende de un hilo.
Con la salida de escena de Spalletti, la Federación ya se ha puesto manos a la obra para identificar a su sucesor. A la cabeza de la lista del Presidente Gravina figura Claudio Ranieri. El técnico romano se impuso a la competencia de Stefano Pioli, otro nombre fuerte que sonaba en la FIGC.
La posibilidad de confiar a Ranieri las riendas de la selección italiana, con vistas a la decisiva fase de clasificación, parece cada vez más factible. El nombramiento podría producirse en los próximos días, después del partido contra Moldavia.