Aunque Gérard Lopez (53), propietario mayoritario del Girondins de Burdeos, prevé condonar 40,5 millones de euros de deudas, el Girondins tendría que hacer frente a un pasivo de unos 53 millones. El mayor acreedor es la sociedad de inversión estadounidense Fortress, con un crédito de seis millones.
Otros acreedores importantes son las instituciones estatales. Por ejemplo, el fisco francés reclama 5,03 millones, y el club habría incurrido en un déficit de 3,34 millones en concepto de seguridad social.
Sin embargo, una parte importante de la deuda procede de decenas de empresas locales. El Burdeos debe dinero a hoteles, una farmacia, una panadería, empresas de transporte y bufetes de abogados, por ejemplo. También están implicados medios de comunicación como Europe 2 y France Bleu Gironde, la empresa de datos Stats Perform e incluso bodegueros y el distribuidor de alcohol Pernod Ricard.
El hecho de que los viticultores locales figuren entre los proveedores no remunerados en una región famosa por su vino adquiere una dimensión simbólica.
La otrora famosa marca francesa ha caído en los últimos años en una difícil situación financiera, que se ha ido traduciendo en su descenso de la Ligue 1 a la cuarta máxima competición.
El Burdeos descendió administrativamente allí el verano pasado. A principios de 2025 se especuló con la posibilidad de que el antiguo y exitoso portero alemán Oliver Kahn invirtiera en el club, pero es evidente que las negociaciones no han avanzado desde entonces.

El Burdeos ocupa actualmente la cuarta plaza de la cuarta máxima competición francesa. El famoso inglés Andy Carroll está marcando goles para ellos. Lleva 10 en lo que va de temporada.
El centrocampista y jugador de la selección checa Jaroslav Plašil lleva 10 años jugando en el club. Al final de su carrera, dirigió al Burdeos en varios partidos como entrenador principal, aunque también desempeñó el papel de ayudante. Más tarde desempeñó brevemente ese papel en el Chateauroux.