José Becker falleció en trágicas circunstancias en 2021, tras ahogarse en un lago cercano a la casa familiar. Las restricciones mundiales para viajar durante la pandemia de Covid-19 llevaron al número uno del Liverpool a asistir virtualmente al funeral, lo que habría hecho su muerte aún más difícil de aceptar.
La muerte de su padre le destrozó
En un emotivo artículo publicado en The Players' Tribune, Alisson afirmó que sabía que su padre habría querido que se quedara con su mujer y sus hijos, dadas las circunstancias, aunque eso le habría destrozado emocionalmente.
"Cuando murió, me destrozó. Ni siquiera podía pensar en el fútbol. Tenía que recordarme constantemente que aún jugaba al fútbol y que estábamos luchando por entrar en Champions", escribió.
"Fue aún más complicado porque estaba justo en medio de la pandemia y la logística para volver a casa era una pesadilla. Mi mujer estaba embarazada de nuestro tercer hijo, y el Covid estaba explotando de nuevo en Brasil. Su médico le dijo que era arriesgado que viajara, así que tuvo que quedarse en Liverpool con nuestros hijos. Fue una angustia total para ella, porque quería mucho a mi padre", añadió.
"Siempre bromeábamos diciendo que él la quería más a ella. Si alguna vez teníamos un pequeño desacuerdo delante de mi padre, él siempre decía: 'Creo que Natalia tiene razón'. Era la hija que nunca tuvo. Iba a tener que viajar sola a Brasil", recuerda el guardameta brasileño.
Apoyo del mundo del fútbol
El internacional brasileño reveló entonces que recibió sentidas cartas de rivales como Pep Guardiola y Carlo Ancelotti y una llamada telefónica del entrenador Jürgen Klopp, que significaron mucho para él en un momento tan oscuro.
"Los dos o tres días siguientes fueron un borrón. Lo siguiente que recuerdo son todas las flores que llegaban a nuestra casa. De Virgil, Andy, Fabinho, Firmino, Thiago...., etcétera. Todos mis hermanos. Todos nos enviaron flores con una nota de condolencia. Y no sólo mis compañeros de equipo, sino incluso Pep Guardiola y Carlo Ancelotti me enviaron una carta de condolencia. Eso me llegó al corazón. Cada 10 minutos llamaban a nuestra puerta con un mensajero que traía flores", explica Alisson.
"No creo que esta gente se dé cuenta de lo mucho que significa algo tan pequeño cuando estás sufriendo. Fue un recordatorio de que incluso los mayores rivales reconocen al ser humano que hay detrás del nombre en el equipo. Nunca olvidaré que Jürgen me llamó y me sentí muy culpable por faltar al entrenamiento, porque estábamos fuera de los cuatro primeros y necesitábamos cada punto. Pero me dijo que me tomara todo el tiempo libre que necesitara", recuerda el guardameta.