Al final de la temporada 2012/13 con el club de la Premier League, Owen puso punto y final a su gran carrera.
Echemos un vistazo a algunos de los puntos altos y bajos de uno de los delanteros más prolíficos del fútbol inglés.
El chico maravilla
Michael Owen nació el 14 de diciembre de 1979 en Chester, al noroeste de Inglaterra, como cuarto hijo de sus padres. Su padre, Terry Owen, es un ex futbolista profesional cuya etapa más famosa fue en el Everton. Por eso, Michael era aficionado al Everton desde niño.
Empezó a jugar al fútbol a los siete años y, ya a los diez, algunos de los principales ojeadores de clubes ingleses seguían sus progresos. Equipos como el Arsenal, el Chelsea y el Manchester United se interesaron por él.
Sin embargo, él y sus padres optaron por el Liverpool, ya que los Reds garantizaban un énfasis en su educación. Así, Owen continuó sus estudios en la escuela secundaria y el Liverpool también le convenció para que asistiera a la Escuela de Excelencia de la Asociación de Fútbol en Lilleshall a los 14 años.
Owen empezó a jugar con las selecciones inglesas a partir de la sub-15, batiendo varios récords de anotación. También destacó en la academia del Liverpool. Durante todo este tiempo, Owen completó sus estudios con resultados impresionantes.
A pesar del éxito académico, estaba destinado a convertirse en futbolista profesional. Firmó su primer contrato profesional cuatro meses después, el día de su decimoséptimo cumpleaños, en diciembre de 1996.
Balón de Oro
Owen debutó con el primer equipo de los Reds en mayo de 1997, en un partido contra el Wimbledon, en el que entró como suplente e inmediatamente marcó.
Owen sustituyó al lesionado Robbie Fowler como delantero titular del Liverpool en 1997/98 y, con 18 goles en liga, se convirtió en el máximo goleador de la Premier League y fue elegido mejor joven del año.
Como consecuencia, Owen también fue convocado para la selección nacional. Fue el mejor jugador de Inglaterra en la Copa Mundial de la FIFA Francia 1998 y se hizo famoso en todo el mundo, especialmente tras su gol contra Argentina.
Owen demostraba constantemente su reputación de goleador de élite a pesar de sufrir una recurrente lesión en los isquiotibiales. En 2001, el Liverpool ganó el triplete de la Copa de la UEFA, la Copa de la FA (con Owen marcando dos goles en los últimos minutos de la final) y la Copa de la Liga, y Owen recibió posteriormente el Balón de Oro.
En 2003, con 23 años y 134 días, Owen se convirtió en el jugador más joven en alcanzar los 100 goles en la Premier League (ni siquiera Erling Haaland le superará, pues ya tiene 24 años).
Uno de los Galácticos
Owen marcó un total de 158 goles en 297 partidos con el Liverpool entre 1997 y 2004. Por aquel entonces ansiaba un nuevo reto y acudió a la llamada del Real Madrid.
Sin embargo, en un nuevo país y en la era de los llamados Galácticos del Real Madrid, sólo se le utilizó mayoritariamente como suplente.
Owen marcó 13 goles en LaLiga antes de regresar a Inglaterra la temporada siguiente, donde fichó por el Newcastle United después de que el Real Madrid rechazara una oferta anterior de su antiguo club, el Liverpool.
La lesión de Owen como disputa legal
La temporada 2005/2006 iba a ser un reinicio para que Owen se pusiera en forma de cara a la Copa Mundial de 2006. El plan funcionó a la perfección al principio y, en diciembre de 2005, Owen coronó sus buenas actuaciones de principios de temporada con un triplete contra el West Ham United.
Se jugó a domicilio en Londres y Owen logró la tripleta perfecta de goles marcados con el pie derecho, el izquierdo y la cabeza. Incluso asistió a Shearer en el cuarto gol de la victoria por 4-2 del Newcastle.
Sin embargo, otro viaje a Londres fue agridulce para Owen. En el partido de Nochevieja contra el Tottenham, sufrió una grave lesión. Se le diagnosticó una fractura del metatarso del pie y tuvo que ser operado.
Se esperaba que volviera a los terrenos de juego a finales de marzo de 2006, pero la pierna del inglés tardó un poco más en curarse. Su regreso se produjo finalmente a finales de abril, aunque tras el partido contra el Birmingham City, Owen declaró que no estaba "contento al 100%" con su pie.
Se saltó el último partido de liga de la temporada y terminó la campaña con sólo 11 apariciones y siete goles. No obstante, Owen formó parte de la alineación titular de Inglaterra en el Mundial.
En el tercer partido de la fase de grupos, contra Suecia, Owen sufrió otra lesión en los primeros instantes. Esta vez el diagnóstico fue aún peor: rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla.
Estuvo recuperándose de la lesión durante casi un año y no apareció en el campo hasta abril de 2007. La gravedad de la lesión de Owen en el Mundial encendió la llamada disputa "club contra país" en Inglaterra.
El Newcastle United exigió una indemnización a la FA inglesa y a la FIFA. El club quería que tanto la FA como la FIFA cubrieran el salario y el tratamiento médico de Owen por una lesión sufrida en acto de servicio internacional.
En virtud de los acuerdos de seguro existentes entre el club y la selección, la FA y la FIFA habían estado pagando 50.000 libras del salario semanal de 110.000 libras de Owen desde que sufrió la lesión, un total aproximado de 2 millones de libras por el tiempo que no había podido jugar.
Más tarde, en 2009, Owen pasó del Newcastle United a otro gran club. Fichó por el eterno rival del Liverpool, el Manchester United. Sin embargo, debido a sus persistentes problemas de lesiones, no jugó demasiados partidos con los Diablos Rojos durante sus tres temporadas en Manchester.
La última aparición de Owen se produjo en la temporada 2012/13 en el Stoke City, durante la cual también marcó su gol 150 y último en la Premier League.