Necesitan un empujón. Una inyección de energía. Los jugadores. El entrenador. Su equipo. El City necesita inspiración. Un referente. Y si no se puede crear desde dentro, entonces depende del Txiki saliente identificarla y traerla desde fuera.
El equipo está en caída libre. No el club. No la dirección. Sino este equipo. Estos jugadores. Están en aguas desconocidas y se hunden rápidamente. La derrota de anoche ante la Juventus fue la séptima del City en diez partidos. Ninguno de estos jugadores ha pasado por esto. Tampoco Pep Guardiola como entrenador. Sí, pasó algunos apuros en el Brescia bajo las órdenes del gran Carlo Mazzone. Pero el City y las expectativas actuales están a una galaxia de distancia de aquellos tiempos. Todo esto es muy nuevo para Pep, y está luchando por encontrar soluciones.
El miércoles por la noche, en Turín, se repitió la historia del mes pasado. El City tuvo sus ocasiones (hay que reconocerle a Michele di Gregorio su sensacional parada en la primera parte ante Erling Haaland), pero la Juve acabó arrollándolo. Cuando la confianza es baja. Cuando no te salen las cosas. Ese chasquido. Esa energía. El estado de alerta. Todo baja de revoluciones. Y nada resumió mejor la falta de confianza de los jugadores del City que la forma en que Weston McKennie marcó el segundo gol de la Juve.
Los jugadores parecen perdidos. Confundidos. Se miran unos a otros, esperando a que alguien se haga con el juego. Que provoque un momento. De nuevo, crear esa pizca de inspiración. Pero no llega. De hecho, parece que nadie dentro del vestuario sabe cómo generarla.
Ilkay Gundogan fue brutalmente honesto en el epílogo. El alemán no se escondió. De hecho, hizo partícipes a los aficionados del City de las conversaciones mantenidas en el vestuario visitante: "Creo que para nosotros es obvio lo que está fallando. Se trata de encontrar el interruptor para darle la vuelta a la situación".
"Mientras no encontremos la tecla, va a ser difícil. Cada jugador individualmente tiene que cuestionarse cómo hacerlo mejor, cómo sacrificarse más y cómo puede contribuir al equipo para que colectivamente podamos volver a nuestro camino".
Como decimos, los jugadores del City -ya sea Rico Lewis o Kevin de Bruyne- se encuentran en una situación que nunca antes habían vivido. Y como admite Gundogan, no saben cómo volver a encender las cosas.
El veterano centrocampista concluye: "Da la sensación de que en los momentos cruciales siempre estamos haciendo las cosas mal".
Después del celebrado nuevo contrato de Guardiola. Y antes del descalabro en casa ante el Tottenham. Esta columna advertía de que el catalán se enfrentaría al mayor reto de su carrera. Se señalaba que el City era un equipo en declive. Pero admitiremos que vimos que esos problemas ante los Spurs eran poco más que un bache. Este colapso en la confianza no se parece a nada que hayamos visto. No a estas alturas de la temporada. No con estos jugadores. Ni con este entrenador.
Lo que sugiere que todo puede cambiar, y rápidamente. El City, hombre por hombre, sigue siendo el mejor equipo del país. De hecho, sobre el papel, diríamos que es el mejor de Europa. Y su entrenador es el mejor. Pero como Pep dice antes de cada temporada, lo que ha pasado antes no cuenta para nada. Y Guardiola, como sus jugadores, está fallando.
Así que necesita ayuda. Necesita a Txiki. Al director deportivo del City se le debe permitir actuar en el mercado de fichajes del próximo mes. No para romper todo y empezar de nuevo. Eso no es necesario. Pero el City necesita inspiración. Un solo fichaje. Quizá dos como mucho. Pero un referente para levantar a los jugadores. A los aficionados. Un Luis Díaz. Un Bruno Fernandes. Un jugador que llegue a mitad de temporada y cause un impacto no sólo inmediato, sino también emocionante.
Bruno Guimaraes, del Newcastle United, ha hablado abiertamente del interés del City en verano y de sus esperanzas de que vuelvan a intentarlo. Viktor Gyokeres, el delantero centro del Sporting CP que ha batido todos los récords goleadores, también se menciona ahora como una posibilidad de venta en enero. La directiva del Sporting está ansiosa por hacer caja ahora, en lugar de arriesgarse a que un bajón de forma afecte a su valoración en junio.
Así que hay jugadores disponibles. Ganadores de partidos. Diferenciadores. Por supuesto, la atención se centrará en una nueva incorporación para el centro del campo que cubra la ausencia de Rodri. Martin Zubimendi, capitán de la Real Sociedad, y Adam Wharton, joven promesa del Crystal Palace, están en el punto de mira del City.
Pero para esa chispa que tanto necesita, el City necesita algo más. Alguien más dinámico. Y un Guimaraes o un Gyokeres encajarían a la perfección. No son sólo los aficionados, ni siquiera los entrenadores, quienes ansían nuevos nombres. También los jugadores, sobre todo los más competitivos.
"La verdad es que diría que sin comentarios, pero...", declaró a principios de semana el defensa del Tottenham Cristian Romero. "El Manchester City compite todos los años, ves cómo el Liverpool refuerza su plantilla, el Chelsea refuerza su plantilla, no le va bien, se refuerza otra vez, y ahora están viendo resultados. Ésas son las cosas que hay que imitar".
Los jugadores del City necesitan ese impulso. Esa inspiración. Y el hombre que puede hacerlo es Txiki Begiristain. Este último periodo de traspasos se perfila como el más importante de su carrera en el City.
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