La FA acusó al club de la Premier League cuando los jugadores rodearonm al árbitro Michael Oliver después de que éste mostrara una tarjeta roja directa a Lewis-Skelly por una falta sobre Matt Doherty el 25 de enero.
"Una Comisión Reguladora independiente ha impuesto una multa de 65.000 libras al Arsenal... ya que se alegó que el Arsenal no se aseguró de que sus jugadores no se comportaran de forma inapropiada en torno al minuto 43, y el club admitió posteriormente esta acusación", dijo la FA en un comunicado.
El árbitro del VAR confirmó la decisión de Oliver en el momento del incidente, pero el Arsenal apeló posteriormente contra la tarjeta roja y su sanción de tres partidos fue anulada.
El comunicado de la FA incluía una carta del Arsenal, que destacaba que los jugadores: "no se comportaron de forma ofensiva, violenta, amenazadora, abusiva, indecente, insultante o provocadora".
Pero la FA respondió diciendo que: "hubo, en ocasiones, nueve jugadores del Arsenal muy cerca del árbitro" y que la tarjeta roja "anulada en apelación no justifica la reacción y no ofrece ninguna atenuación".