Regresó de la selección con lo que en un principio se describió como una simple molestia en el tobillo. Denzel Dumfries parecía estar a punto de reincorporarse rápidamente al grupo. Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta: ya son seis los partidos que el defensa neerlandés del Inter de Milán se ha perdido, una cifra que contrasta con la sensación inicial de tranquilidad.
El verdadero problema, sin embargo, es que esta lista podría seguir creciendo. Cada vez que Dumfries intenta aumentar un poco la carga de trabajo, el dolor reaparece y el proceso de rehabilitación se detiene. El Inter se ve obligado a revisar constantemente el plan de recuperación, mientras el regreso del lateral se convierte en una incógnita cada vez mayor.
Mientras tanto, este parón le ha abierto una inesperada ventana fuera del campo. Dumfries ha aprovechado el tiempo alejado de la competición para resolver algunos asuntos personales, empezando por el relacionado con la gestión de sus intereses. La decisión ya está tomada: su agente dejará de ser Jorge Mendes y, en este momento, falta saber si la elección recaerá –como adelanta la Gazzetta dello Sport– en Ali Barat, uno de los nombres más fuertes entre los candidatos, aunque todavía sin confirmación oficial.
Futuro incierto
El cambio de representante, inevitablemente, alimenta rumores y especulaciones sobre el futuro del jugador. Todas las miradas se centran en la cláusula de 25 millones: oficialmente expiró en julio pasado, pero existe un mecanismo “recurrente” que la reactiva cada verano. Es decir, si un gran club europeo decide dar el paso, la puerta seguirá abierta.
Lo único claro es que, entre una recuperación intermitente, una decisión de carrera delicada y una cláusula que puede condicionar el mercado, el presente de Dumfries está lejos de ser tranquilo. El Inter de Milán espera, pero para volver a contar realmente con su motor en la banda, primero será necesario recuperar la serenidad, la forma física y definir un plan claro para el futuro.