Pregunta: Empecemos por el partido ante el Nápoles, donde hizo un trabajo increíble. El primer gol anulado llegó tras ganar un duelo defensivo con McTominay. Luego dio la asistencia para el segundo tanto, también anulado, a Zaniolo. Y, por último, el disparo que Vanja Milinković-Savić logró desviar de forma increíble al larguero. ¿Cómo valora todo esto? Imagino que la sensación de insatisfacción es grande.
Jakub Piotrowski: "Sin duda, lo que más lamento es que Vanja haya conseguido parar mi disparo, porque creo que fue una gran intervención por su parte. Faltó un poco de suerte, y las otras situaciones fueron realmente una montaña rusa de emociones: marcas dos goles y el VAR los anula los dos. Y sabemos que a veces estas cosas pueden ir en tu contra durante un partido.
Pero como equipo hemos reaccionado bien y mantuvimos la energía hasta el final. Merecíamos ese gol y la victoria. A nivel personal, solo me queda la pequeña espina de no haber marcado, porque habría sido bonito hacerlo en dos partidos seguidos. Pero ganar 1-0 a los campeones de Italia tiene un sabor especial, haya marcado yo o no".
"La palabra clave es estabilidad"
Además, ahora han logrado una especie de 'hat-trick'. Han vencido a los tres equipos que estuvieron en el podio la temporada pasada. El Nápoles se suma al Inter y la Atalanta.
"Exacto, ahora necesitamos encontrar ese equilibrio también ante los equipos que, en teoría, son menos fuertes. Para mantenernos constantes y que los puntos logrados ante los grandes de la Serie A tengan aún más valor, debemos sumar también frente a los demás. La palabra clave es estabilidad".
Tras el último partido, su media en la Serie A es de un gol cada 700 minutos. Si alguien solo mirara esa estadística, quizá no parecería impresionante. Pero su función es distinta a la que tenía en el Ludogorets, ahora trabaja mucho más en defensa y su posición media está en su propio campo. ¿Ha sido un gran salto pasar de dominar la liga búlgara a pelear cada punto?
"Sin duda, en el Ludogorets tenía muchas más ocasiones de gol y más libertad para entrar en el área. Dominábamos y como equipo marcábamos mucho más durante la temporada, así que las oportunidades no faltaban. Aquí no somos uno de los cuatro primeros, como el Inter que este año marca muchísimo, así que las ocasiones son algo menos frecuentes. Aunque creo que en los últimos dos o tres partidos he tenido varias oportunidades, cada vez llego más al área y soy más peligroso.
Es una diferencia grande, pero las ganas de ganar son las mismas. Aunque con el Udinese no lo ganaremos todo, cada derrota pesa mucho. En los últimos tres años, para mí incluso un empate era como una derrota, así que es una experiencia nueva. Obviamente, en el pasado también he jugado en equipos que no luchaban solo por el título, pero los últimos años han sido diferentes. Es una liga completamente distinta, con rivales diferentes cada semana, así que es un reto nuevo y bonito. Estoy muy feliz, no solo de vivirlo, sino también de ver que las cosas van en la dirección correcta, partido a partido".
Contra el Nápoles todo el equipo hizo un gran partido: nunca dejaron de atacar pese a los dos goles anulados. Pero también su juego ha parecido mucho más seguro que al principio. ¿Es cuestión de confianza, de mayor entendimiento o de conocer mejor la realidad de la liga?
"Empiezo por el final. Ha llegado con los partidos, con el análisis de los espacios en el campo. Sigo haciéndolo y aprendiendo, así que encuentro más espacios, quizá también mejor timing: saber cuándo y dónde aparecer. Al principio fue un periodo de aprendizaje para mí en esta liga y creo que he crecido mucho. Lo he hecho partido a partido, porque tenía cada vez más material para analizar sobre mi juego y sobre cómo se comportan los demás equipos".
"¿Ganar al Nápoles? Creo que con la actitud adecuada, la energía del equipo y mucha confianza, realmente se puede ganar a cualquiera en la Serie A. Por supuesto, hay partidos más difíciles. Pero pienso que cuando entras al campo, con el marcador 0-0, puedes competir con todos y demostrar tu valor. Contra el Nápoles, desde el primer minuto, estuvimos presentes con el espíritu correcto. Durante los 90 minutos se vio que creíamos en la victoria. Sobre todo la segunda parte fue muy emocionante, también para los aficionados fue un gran partido. Dos goles anulados, pero seguimos buscando el gol hasta el último minuto".
Los resultados son la mejor confirmación, ya que han vencido a todos los grandes de la temporada pasada. Pero ahora ya no hay excusas en los demás partidos...
"Exacto, pero vuelvo a esa palabra: estabilidad. La forma debe ser constante, equilibrada, y de semana en semana no puede haber grandes altibajos, para seguir cerca de los primeros puestos en la Serie A".
Y usted se toma muy en serio su papel en la búsqueda de esa estabilidad: además del análisis con el equipo, analiza personalmente cada partido.
"Tengo una persona – ya un amigo – con la que colaboro desde hace tiempo (el analista Przemysław Gomułka – nota del redactor) y nos sentamos juntos. Antes de empezar el análisis, él selecciona las acciones más importantes para mí, de las que puedo sacar ideas para los próximos partidos. A veces nos inspiramos en los mejores jugadores y en sus comportamientos para imitar. Al menos una vez por semana analizamos las situaciones más relevantes. No necesariamente las mejores, sino aquellas en las que podría haberlo hecho mejor, que pueden repetirse y donde una solución concreta puede ayudarme".
Se lo pregunto también porque el calendario no es infinito y acaba de ser padre: ¿puedo preguntarle cómo está conciliando todo?
"El primer mes mi familia estaba en Polonia, así que solo iba en los días libres, cuando el entrenador me lo permitía. Ahora, desde hace dos semanas, están aquí conmigo y para mí es un momento precioso. Los días pasan más rápido, hay más movimiento, más compromisos. Pero me da mucha alegría y soy una persona a la que le gusta estar activo, no me gusta aburrirme, así que por ahora va todo muy bien".
"Obviamente mi pareja tiene un papel fundamental. Porque para mí el sueño es lo más importante para recuperarme y prepararme para los partidos. Así que muchas veces duermo aparte, para estar listo para entrenar y luego para el partido".
Colonia polaca en el Udinese
La adaptación ha sido sin duda más fácil gracias a que ya conocía al entrenador. Pero con Kosta Runjaić llevaban siete temporadas sin coincidir. ¿Han cambiado sus métodos?
"Creo que simplemente es un entrenador inteligente, que ha tenido que adaptarse a las exigencias de la liga. Algunas cosas en los entrenamientos y en la preparación de los partidos han cambiado, porque la Serie A lo exige. Presta más atención a los detalles defensivos, a la preparación de la fase defensiva, porque en Italia es fundamental. Pero en cuanto a la gestión del grupo y la colaboración con el club, eso siempre ha sido su punto fuerte.
Así que como entrenador, para mí no ha cambiado mucho. Simplemente ha evolucionado, como un jugador. Se ha hecho aún mejor, se ha preparado para la Serie A y se ha adaptado. Aunque no del todo, porque no juega el típico fútbol defensivo italiano. Como equipo queremos atacar, queremos presionar y eso no ha cambiado".
¿Fue decisivo en su elección de venir a Italia? Sé que el Udinese ya le quería antes y que antes del traspaso estuvo en contacto con Adam Buksa y en el cuerpo técnico también está el técnico Małecki. En definitiva, había varios factores a favor de Udine.
"También está el míster Alex Trukan, que es polaco. Tenemos una pequeña colonia. Sin duda, el ambiente creado por Małecki y el cuerpo técnico fue muy importante en mi decisión. Creo que tres temporadas en el Ludogorets fueron el máximo. Después de dos ya estaba listo para el siguiente paso, la tercera fue para mantener la forma de cara a un nuevo reto. Cuando el verano siguiente el Udinese volvió a la carga, hablé con el entrenador. Empezamos las negociaciones, pero en realidad yo ya lo quería desde el principio. Quería cambiar y todos los factores influyeron".
Personalmente pensaba que el traspaso llegaría ya tras la segunda temporada, cuando tenía unos números increíbles. ¿Nunca se pregunta qué habría pasado si hubiera cambiado de equipo entonces?
"No puedo pensarlo, porque simplemente no era posible. Hubo intentos, había interés, pero no se pudo hacer. Así que no tiene sentido pensarlo, no dependía de mí. Sabía que era el momento adecuado para cambiar, pero no fue posible. Todo dependía de que el Ludogorets me dejara salir, así que no tenía la última palabra para decir 'No, me voy'. Fui yo quien escuchó 'No, no te vas'".
Aprendiendo a ser paciente
Pero ahora ha llegado este nuevo reto y está empezando bien. Empezó en el banquillo, pero nunca ha tenido un periodo sin jugar. Recuerdo que en el KRC Genk o en el Fortuna esos "momentos oscuros" le frustraban mucho. Si ahora ocurriera, con su experiencia, ¿estaría preparado?
"La mayor frustración la viví en Bélgica. Cambiaba de equipo siendo joven, después de haber jugado casi todos los partidos como titular con el Pogoń Szczecin la temporada anterior. Quizá no entendía que hay que esperar la oportunidad, entrenar. Fue el único momento en el que la frustración crecía. Y en el Fortuna Düsseldorf quizá el primer año no fue excepcional, pero ya era más paciente y sabía qué hacer.
Ahora, desde el inicio de la temporada, no siempre he sido titular, pero creo que incluso entrando desde el banquillo siempre he demostrado estar preparado. Creo que he aportado mucho y sigo demostrando que estoy listo para cada partido, juegue los minutos que juegue. Por supuesto, todos quieren salir de inicio y el objetivo es ayudar al equipo a ganar lo máximo posible".
¿Y el gol contra el Génova le quitó un peso de encima? ¿O ya no está en ese punto en el que marcar determina la confianza en el campo?
"No, creo que nunca he sentido presión por los goles. Para un jugador ofensivo siempre es un objetivo, yo soy – digamos – un poco de todo. Tengo que estar en todas partes, tengo mis tareas, pero también tengo experiencia y el gusto por el gol de temporadas anteriores, así que sin duda me da mucha alegría, como a todos. No había frustración: sabía que las ocasiones llegarían y que empezaría a aprovecharlas. Incluso en partidos anteriores he tenido varios disparos desde fuera, como contra la Cremonese, que debería haber terminado mejor. Así que sabía que el gol iba a llegar".
Ya estamos casi al final, así que una pregunta más a largo plazo. ¿Ya piensa en los playoffs de marzo y en la clasificación para el Mundial? ¿Cómo se siente?
"Obviamente bien, pero se juega en marzo y ahora estamos en diciembre. En el fútbol, tres meses son mucho tiempo. En realidad, aún no se sabe qué jugadores estarán disponibles, quién estará en forma, no solo en nuestra selección sino también en Albania, así que hay que esperar.
Pero sin duda hay confianza y calidad en los jugadores para superar el primer partido, porque en eso hay que centrarse. Puede sonar a tópico, pero es la verdad: primero hay que ganar a Albania y luego pensar en el posible segundo partido de la repesca. Como digo, aún falta un poco y sabremos más a finales de febrero: quién estará disponible, en qué estado de forma, y ese será el momento clave para valorar nuestras opciones. Pero en los últimos partidos de la selección se ha visto que tenemos argumentos para ir al Mundial. Es un torneo especial y no solo yo, sino todos los que pueden jugar con la selección quieren estar en el Mundial".