El incidente tuvo lugar en el primer partido de la 26ª jornada de la Serie A, en el que el Udinese se impuso 0-1 en el campo del Lecce, gracias a ese penalti marcado por Lucca.
La iniciativa de Lucca de lanzar la pena máxima fue recibida con evidente descontento entre sus compañeros, que le expresaron su desacuerdo, mientas que Thauvin, capitán del equipo, permanecía en un segundo plano.
Después de recibir una tarjeta amarilla por ese episodio de enfado con sus compañeros, Lucca lanzó y marcó, firmando así su 10º tanto de la temporada de la Serie A. Pero ningún compañero quiso celebrarlo con él, e instantes después fue sustituido por el atacante español Iker Bravo, ante la mirada de evidente enfadado del entrenador, Kosta Runjaic.
Con la victoria, el Udinese subió provisionalmente al 10º puesto y el Lecce se quedó 15º.