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Hugo Camberos: la nueva joya de exportación del fútbol mexicano

Hugo Camberos
Hugo Camberos Photo by Simon Barber / Getty Images South America / Getty Images via AFP
Un gambeteador irreverente se ha adueñado de la ilusión del fútbol mexicano. Se llama Hugo Camberos, tiene 18 años y juega en Chivas, donde ya es el mejor del equipo. Su futuro pide Europa y él lo sabe, pero antes, sueña con darle un título al club de sus amores.

El municipio de Autlán de Navarro está ubicado en el suroeste de Jalisco, a unas tres horas en automóvil de la costa mexicana del Pacífico y en donde, según el último censo del gobierno nacional de 2020 viven poco más de 50 mil personas; entre todas ellas está la familia Camberos

En ese pueblo católico y conservador de tradición taurina, Hugo Camberos creció y se curtió bajo un clima semihúmedo y jugando a la pelota en suelos terregosos que le dejaban los ojos irritados y la cara empanizada de tierra al volver a casa. En ese “rancho, como él mismo le dice, supo desde muy chiquito que había nacido para ser futbolista. 

Pero aquel pequeño que marcaba diferencia con los niños de su edad entendió pronto que sí, que no había otro camino que ser futbolista, pero no uno rocoso y cumplidor en tareas defensivas, sino para ser quien brillara y provocara alaridos en las gradas por su capacidad ofensiva. 

 Como suele ocurrir en diversos ámbitos culturales, no existe mejor contexto que un sesgo conservador y cerrado para que la creatividad brote como símbolo de resistencia. En Autlán de Navarro también nació el guitarrista mítico Carlos Santana, considerado como uno de los mejores en su profesión. Al igual que el músico, Camberos también irradiaba en rock and roll con una pelota en los pies. 

Al poco tiempo, cuando su entorno le quedó chico y no se arruaba a jugar con personas mayores defendiendo el equipo local que había fundado su papá, Camberos acudió a un selectivo regional donde fue captado e invitado a disputar la Copa Chivas, organizado por el Club Deportivo Guadalajara y uno de los torneos juveniles más prestigiosos del mundo, donde terminaría de finiquitar su llegada, con tan sólo 12 años, al equipo más popular de México. 

Hambre de gloria

Desde que Camberos puso un pie en las inferiores de Chivas su ascenso fue meteórico. Su talento, pero sobre todo su madurez para jugar, abrían camino con una voracidad que pocas veces suele verse en el fútbol mexicano. En el medio de todo esto, los forjadores de talento del Guadalajara, una de las escuelas más prolíferas para generar futbolistas en el país, se preguntaban sobre cuál era la mejor manera de administrar ese fuego que el chamaco tenía. 

Conscientes de que había poco se podía aportar al talento natural, Camberos fue aprendiendo un valor inquebrantable en la vida y en el fútbol: la paciencia. Sereno, sin reclamar nunca y bien arropado por un núcleo familiar que le prohibió desde el primer instante abandonar los valores de su crianza por alimentar el ego, Camberos fue sorteando cada fase, casi siempre siendo el menor de cada categoría en la que era parte. Para no apurarlo, el club decidió que diera un paso previo a la Primera y lo hizo jugar en la Liga Expansión con el Tapatío

Fiel a su estilo, a pesar de saber que su rendimiento pedía cancha de primer equipo, Camberos se entregó al equipo filial y la rompió. El campeonato del Tapatío en 2024 fue casi de propia autoría y entonces sí, a nadie en Chivas le quedó duda alguna que su principal joya, de tan sólo 18 años, estaba listo para ser el estandarte del club. 

Tras una buena pretemporada con el plantel de Primera, Camberos se ganó su lugar. Y, previo a la jornada 1 del Clausura 2025, supo que iba a ser convocado. Luego, tras la charla técnica se enteró que iba a ser titular. En medio de los nervios que sentía, llamó a sus padres, a quienes les dijo que iba a ser suplente y que, con un poco de suerte, podía entrar unos minutos. 

Al contar la sorpresa y el llanto de sus padres cuando lo vieron de arranque, Camberos dibuja una sonrisa. El camino fue largo y la paciencia mucha, pero nunca estuvo sólo: a su lado estuvieron sus viejos y su hermano; había que darles una sorpresa. 

Lejos del sentimentalismo familiar, Camberos se adueñó de los hilos conductores de Chivas, un equipo que ha entendido que será con su cantera la mejor manera de competir en una liga poderosa de grandes presupuestos. En ocho jornadas, Hugo es el que más remata, el que mas gambetas y el que más faltas recibe de todo el equipo. Pero también, el que más emociona. Su primer gol en Primera, frente al Toluca y como visitante, fue un regalo al futuro del fútbol nacional. 

Blindar antes de exportar

Todavía con un contrato juvenil, Chivas prepara una oferta jugosa para su canterano, con la intención de poner una cláusula alta para quien quiera comprar a Camberos. Hay sondeos de Países Bajos, nación que ha encontrado en México una mina de talentos, y de otros partes de Europa. 

Camberos es tan consciente de lo que ha provocado que lo lleva con naturalidad. Eso sí, ha dejado claro que, por más que le ilusione poder jugar en Europa, su primer sueño es ser campeón con Chivas. El equipo de sus amores y en el que siempre soñó jugar, desde que corría con la pelota en los pies en su natal Autlán de Navarro, mientras se llenaba toda la cara de tierra.