Sinner, número uno del mundo, avanzó a la tercera ronda, donde se enfrentará al lucky loser Jesper de Jong, con una victoria en dos sets sobre el argentino Mariano Navone ante más de 10.000 entusiastas aficionados en el Foro Itálico.
El italiano no ha jugado desde que ganó el Open de Australia en enero, debido a la suspensión que aceptó de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) al mes siguiente. En marzo del año pasado, el italiano dio positivo dos veces por trazas de la sustancia prohibida clostebol, aunque la AMA aceptó que el jugador de 23 años había sido contaminado accidentalmente por su fisioterapeuta.
Sinner hizo las delicias del público que abarrotaba la pista central de la capital italiana, logrando la victoria y con la vista puesta en Roland Garros a finales de este mes.
"Sensación increíble"
"He intentado darlo todo, creo que es lo único que puedo hacer. Es lo único que puedo controlar en este momento", declaró Sinner: "Es una sensación increíble. Es una sensación especial. Nunca doy las cosas por sentadas. Y sí, estoy feliz de volver".
El último partido en tierra batida del tres veces ganador de un Grand Slam fue su épica derrota en semifinales ante su rival Carlos Alcaraz en el Abierto de Francia del año pasado, y aunque el público igualó aquella gran ocasión el sábado, el tenis no lo hizo.
Alcaraz estaba a unos pasos, en el Estadio Olímpico de Roma, para ver jugar a su amigo Patric, también murciano con la Lazio, en el empate de los biancocelesti ante la Juve, mientras Sinner se enfrentaba al número 99 del mundo, Navone.
Y al español, que se mide a Laslo Djere el domingo por la noche, no le habrá sorprendido saber que Sinner está de vuelta.