El conjunto dirigido por Pascual Saurín apelaba a la épica ante una Turquía cuyo objetivo es más ambicioso en este campeonato. Las otomanas se hicieron grandes desde el primer momento y neutralizaron cualquier opción de rebeldía, ya que vencieron por la vía rápida y sin apenas sufrir (parciales de 25-18, 25-20 y 25-23).
Vargas y Erlek fueron las grandes figuras de la cita. Ambas se hicieron grandes en los momentos decisivos de cada set (en el primero y en el segundo hubo poca emoción; el tercero se decantó a favor de las otomanas con cierto suspense) y lideraron la victoria de un plantel que venía de encadenar cuatro derrotas.
España fue de menos a más. La emoción por volver a un Mundial, en ocasiones, puede pasar factura. Y así fue. Un rotundo 6-0 tras un inicio algo equilibrado hizo que la manga inaugural se pusiera muy cuesta arriba. Esa gran brecha no se pudo salvar en ningún momento, con desventaja de hasta ocho unidades.
Ana Escamilla y compañía, que regresarán a la pista este lunes ante Canadá, vivieron una situación parecida en el siguiente tramo después de haber luchado con mayor ahínco en los compases iniciales. Nada que ver, en cualquier caso, con lo que ocurrió minutos después, cuando llegaron a mandar por 2-6 y a situarse a dos puntos (23-23) de alargar el duelo.