Para abrirnos el apetito, este tráiler digno de una superproducción americana en el que Oleksandr Usyk y Tyson Fury sufren alucinaciones mientras se preparan para esta revancha. Ahora queda el cuadrilátero, los pocos metros cuadrados en los que el ucraniano defenderá sus cinturones ante el británico. El Gato contra el Rey Gitano: se trata sin duda de lo mejor de lo mejor en estos momentos, porque en una disciplina en la que los mejores encuentran demasiados resquicios para evitarse mutuamente, son los dos pesos pesados los que se enfrentan.
Usyk, la dulce ciencia de superar los déficits físicos
Anteriormente invicto, Fury cayó ante Usyk, el peso pesado que se ha convertido en el jefe de la máxima categoría. En el primer combate, el Viajero empezó bien antes de ser puesto a prueba por el zurdo ucraniano, que estuvo muy cerca de noquearle. Como vimos contra Deontay Wilder, Fury es capaz de aguantar una paliza e incluso levantarse cuando el Bombardero de Bronce le mandó a la lona en los asaltos 9 y 12 de su primer enfrentamiento, y dos veces en el cuarto asalto de la última pelea. Contra Francis Ngannou, también estuvo a la altura de las circunstancias en un combate que había subestimado.
La transición de Usyk no fue nada sencilla. Después de castigar a Tony Bellew (KO7) para retener los cinturones de los pesos pesados del CMB, la OMB y la FIB, pasó a los pesos pesados. Atrás quedaba el límite de 90,718 kg: tenía que ganar peso. En 6 años, ganó 25 libras (más de 11 kg) para desafiar a Derek Chisora, Anthony Joshua, Daniel Dubois y Fury. Significativo, pero muy lejos de Joshua, que engordó 20 libras, y aún más lejos del Rey Gitano, que pesaba casi... 40 libras más pesado que él en su primera pelea. Y esta vez, la diferencia fue de 55 libras, ¡o 25 kg!
Usyk logró compensar el déficit de peso y aún más el de altura (1,91 m contra 2,06 m bajo el cinturón, 1,98 m contra 2,16 m de alcance) con su agilidad y su dulce ciencia, esa inteligencia táctica esencial para vencer a los mejores, especialmente contra un Fury que también era brillante a la hora de entender y analizar el boxeo de su oponente.
Una de las señas de identidad de Usyk es su capacidad para romper distancias y sacar de quicio a su rival, sobre todo con su quirúrgico brazo trasero, que logra colocar por encima de la guardia, y que complementa con una impecable técnica de jab y un excepcional juego de pies que le desequilibra constantemente.
Fury, divertido pero muy vengativo
Si bien Jake Paul realizó una exhibición ante Mike Tyson con gran asistencia de público a pesar de la falta de interés deportivo, el boxeo está necesitado de este enfrentamiento. Además de los dos estilos diferentes que hacen tan emocionante este duelo, Usyk y Fury son muy buenos clientes mediáticos. El... 11 minutos del jueves ya fue una gran presentación antes del pesaje y del combate.
A principios de mes, el programa Face Off de DAZN presentó a Usyk en modo Hitman, presentándose a un risueño Fury: "Parece un asesino, ¿no es guapo?". Hubo rivalidad pero no detestación fundamental entre los dos hombres (aunque, en caliente, el Rey Gitano afirmara que Usyk fue declarado vencedor porque Ucrania está en guerra y aunque el padre de Fury le diera un cabezazo a un miembro del equipo del ucraniano) y probablemente por eso no gasta energías superfluas más allá de las necesarias para levantar el alioli.
Fue un combate igualado, ganó Usyk, soy un jugador justo y no busco excusas", explicó durante este programa promocional. Creo que gané yo, es mi opinión, pero él fue el vencedor y le felicité enseguida. No hay animosidad, no le odio. Como yo, es cristiano y padre, ¿por qué iba a odiarle? Me ha hecho ganar millones de dólares, ¡le quiero! Los dos somos boxeadores, y fue un gran combate para los aficionados, y creo que lo disfrutaron.
Fury, capaz de pasar de la risa a la mordacidad en un abrir y cerrar de ojos, se empleó a fondo para derrotar a Usyk. Una vida ascética en la que incluso se ha privado de hablar con su mujer y sus hijos durante los últimos 3 meses. "No voy a cambiar todo en mi campo de entrenamiento sólo porque perdí por decisión dividida", dijo, aunque este primer revés sin duda le trastornó hasta la médula, lo que hace que esta revancha sea aún más esperada. " Tyson me conoce, yo conozco a Tyson, pero creo que va a ser una pelea diferente", dijo el Gato, más tranquilo que su voluble rival, pero igual de decidido.