"Ahora me aplauden", dijo Aryna Sabalenka ante los 20.000 espectadores de la pista central.
"Hoy fue un duro test con el público apoyando a mi oponente. Puedo jugar con cualquiera", afirmó la bielorrusa, que ya mira a la final del sábado ante Jessica Pegula.
"Lo que pensé fue: 'No esta vez'", dijo la de Minsk sobre su reacción ante la remontada de Emma Navarro. "Ella es una gran jugadora, estoy contenta de superar estas difíciles semifinales", agregó.
En la final "espero hacerlo un poco mejor que el año pasado", deseó.
"No sé cómo le di la vuelta, honestamente", reconoció Pegula. "Ella jugó de forma increíble al principio. Yo estaba casi en lágrimas porque era vergonzoso, me estaba destruyendo", apuntó la norteamericana.
"Pero recuperé mis piernas y al final del segundo set comencé a jugar como quería", se felicitó Jessica tras un gran triunfo que disfrutó desde la grada su padre, Terry, el magnate propietario de los Buffalo Bills de la NFL.
"Es una locura que nos volvamos a ver en una final, pero es una muestra del gran tenis que estamos jugando", dijo Pegula. "Aryna ya mostró lo dura que es. Posiblemente es la favorita para ganar el trofeo, pero ojalá yo pueda tener una revancha de Cincinnati", agregó la estadounidense.